(Pintura: Molina Campos)
1
No busco, Señor, la gloria,
ni por dentro me he engreído,
no me imagino grandezas
ni tampoco te las pido.
2
Sólo a tu lado mi alma
sabe quedarse callada,
como criatura dormida
en los brazos de la mama.
3
Así debemos confiarnos
los que somos de su raza:
¡pegaditos a su pecho
como manija a la taza!
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