(Dibujo: José Montero Lacasa)
El campo pierde su encanto
que tuviera en el pasao.
¡Todo el ayer lo ha tapao
el olvido con su manto!
Hoy solo de tanto en tanto
se ve un criollo bien montao,
de chambergo requintao
haciendo escarcear su flete
¡Cosa seria!¡la gran siete!
¿Qué diablo nos ha cambiao...?
Uno recorre este suelo
y por más que anda distancias
ya no halla en las estancias
tropillas de un solo pelo
y pa'mayor desconsuelo
andan de "a pie" los peones
porque ahora los patrones
(y hablando de caballadas...)
¡las mandan pa'"la tablada"
pa'que engorden los visones!...
Y se ven por los caminos
los arreos de tropillas...
pingos de "pechos" o de "silla"
llevando el mismo destino.
¡Malhaya!... qué triste sino!
¡Quién al verlo no se empaca!
pues sin piedad los atracan
al matadero a esos pingos
¡Pa' que los coman los "gringos"
lo mesmo que carne'e vaca!
Yo le pregunto: ¡Estanciero!
(y perdone ande me planto...)
cómo hemos reculado tanto
pa'aguantar esto tan fiero...
Que se precisa dinero
es cosa que se adivina...
pero le clavo esta espina
que muy pronto ha olvidao
¡Que en los caballos... montao
hicimos nuestra Argentina!
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