jueves, 19 de abril de 2012

El linyerita


En un barrio de Santiago,
hay una cruz milagrosa,
las chinitas y los changos
le llevan fragantes rosas.
Prenden velas día y noche,
en la cruz del linyerita
rezos, plegarias, promesas,
brindan al alma bendita.

Cuentan que una noche oscura
y en un boliche cercano,
estaban unos paisanos
truqueando muy divertidos,
de pronto entró un mal vestido
y andrajoso como quiera,
era un barbudo linyera,
quién sabe de ande ha venido.

Con su amable sonrisa,
a tuitos los saludó
y al bolichero pidió,
p’ poder matar su hambre,
le vendiera queso, fiambre,
un pan y un litro i`vino.
y de un pañuelo cochino
desató un billete grande.

Le cobró el bolichero,
dando el vuelto al linyerita
y agarrando sus cositas,
rumbo a Huaico Hondo marchó.
Y cuando a las vías llegó
lo alcanzaron dos matreros,
le quitaron su dinero
y allí tendido quedó.

En un gran charco de sangre
lo hallaron de madrugada,
dos profundas puñaladas
cortaron su triste vida
y la gente conmovida
viendo muerto al linyerita
llevan flores y velitas
para esa alma desconocida.

¿Quién era el linyerita?
nunca se pudo saber,
pero él siempre ha de tener
una velita prendida.
A un costado de la acequia,
de la vía y el camino,
la cruz de palo se encuentra
marcando un triste destino,
linyerita de Huaico Hondo,
quien sabe de ande has venido...

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