(Foto: Bordagaray)
Compañeros, ¡arriba los corazones!
¡Quiero escuchar alegres carcajadas!
¡Sirvansé lo que gusten, que está pago,
tuito el gasto que se haga!
Aquí en el tirador, hay mucha plata;
bien ganada, a rigor, tirando vida;
hay en las manos, cayos, que no mienten
carisias de la horquiya.
Me ha chamusquiao hasta los caracuses
sobre la parva, el sol del medio día,
por juntar patacones, que aquí traigo
pa comprar alegría.
Vení, Casique, echate aquí, a mis pieses
que algo te pasa que te encuentro triste:
ya sabés que conosco tus pupilas
cuando'e pesar se visten.
Me parece alvertir que ayá en el jondo
anda un ricuerdo po'asentar el güelo;
no dejés que el trompeta se te prienda;
sacale el cuerpo al duelo!
Qué lo que aura estrañás, ¿son sus caricias?
la dulsura'e su risa cristalina?
Si tuito jué mentira; ya lo has visto
como se jué la indina!
Sacudí la cabesa, no seas sonso;
aventá los ricuerdos al olvido;
pa'qué pensar en eya, si la falsa
jamás nos ha querido!
Hacé como hago yo, raite de tuito:
de rabia o de pesar, no le hace, raite!
Ni pensés en la yel de las mujeres
que es amargarse al cuete!
No vas a contagiarme tus tristezas,
que está linda pa, rairse, la mañana;
ladrá juerte, que venga la pulpera,
con el porrón de caña.
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