Mi viejo mate galleta,
que pena me dio perderte,
que mano tronchó tu suerte…?
Tal vez la mano del tiempo,
si hasta créi que eras eterno,
nunca imaginé tu muerte.
En tu pancita verdosa
cuántos paisajes miré,
cuántos versos hilvané
mientras gozaba tu amargo.
Cuántas veces te hice largo
y vos sabías por qué.
Cuando la yerba escasiaba
por falta de patacones
nunca pediste razones,
pero me diste consejos:
“chupá pero hacete viejo
sin llegar a los talones”.
Y en esos negros inviernos
cuando la escarcha blanqueaba,
tu cuerpito calentaba
mis manos con tu calor,
pa’ que’l amigo cantor
se prendiera a la guitarra.
Y áhi nomás se hacía la farra,
vos y yo en un mano a mano,
mate y guitarra en el claro,
mate y guitarra en la sombra;
en leguas a la redonda
no hubo jagüel orejano.
¡Ah! compañero y hermano,
que destino más sotreta,
nunca le di a la limeta,
en vos encontré la calma,
en este adiós pongo el alma,
mi viejo mate galleta.
"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
lunes, 30 de enero de 2012
Mi novia es la soledad
(Foto: Eduardo Amorim)
Se oye un lejano torido
que al dir despertando calma
se va metiendo en el alma
como en el óido un chiflido;
el día, que se ha aburrido
se yeva la claridá
y empresta tranquilidá
pa’ que corra la memoria…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Ya está el campo por dormirse
cansado de tanto luz,
y la tan mentada cruz
en el cielo, quiere abrirse,
trae la noche al venirse
su poncho de oscuridá
y tapa un rancho que’stá
como cuidando a una noria…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Como ispiando, de una en una,
las estreyas van saliendo
y medio se van corriendo
pa’ darle paso a la luna,
se cayan en la laguna
la gayareta, el macá,
el silencio envuelve ya
como una sombra que agobia…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Se oye un lejano torido
que al dir despertando calma
se va metiendo en el alma
como en el óido un chiflido;
el día, que se ha aburrido
se yeva la claridá
y empresta tranquilidá
pa’ que corra la memoria…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Ya está el campo por dormirse
cansado de tanto luz,
y la tan mentada cruz
en el cielo, quiere abrirse,
trae la noche al venirse
su poncho de oscuridá
y tapa un rancho que’stá
como cuidando a una noria…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Como ispiando, de una en una,
las estreyas van saliendo
y medio se van corriendo
pa’ darle paso a la luna,
se cayan en la laguna
la gayareta, el macá,
el silencio envuelve ya
como una sombra que agobia…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Domando
Con treinta y cinco baguales
y tres madrinas arriando
me encontró junio pisando
tomiyos y pastizales;
los más nuevos con bozales
iban, como de soguero,
y recuerdo un zaino overo
muy güeyero y puntiador,
que por manso y parador
lo destiné pa’ pilchero.
Yo nunca fui sobrador
pa’ndar con el soguerío
pero en las noches de frío
cosí más de un atador,
por eso aquel día flor
que pasé por lo ‘e Morales
yevaba entre los baguales
una zaina tioca y fea,
¡con veinticuatro maneas
y más de doce bozales!
Yo iba en un ruano coludo
que por beyaco al descuido
con otro descolorido
me los pasó Pedro “el mudo”,
y cuando el sol, su desnudo
ocultó tras de los cerros,
oía toriar un perro
mientras que’l ruano en la senda
seguía tirando la rienda
tras el tropel del cencerro.
Argoyas, lonjas y cueros,
pilchas, lazos y presiyas,
todo en la misma tropiya
yevaba hasta el tren carguero.
Y en noches cuando al pampero
se le antoja galopiar
también tuve que acampar
al reparo de los montes
a esperar que’l horizonte
empezara a coloriar.
Despué’l cencerro y su son
de la tropiya ya en marcha
qu’iba rompiendo la escarcha
sobre’l camino, al trotón;
la patada, el arrastrón
como la de un pangaré
que de un palo lo achaté
cuando encaraba un michay
porque’l que’n los campos cái
capaz que queda de a pie.
Yo, muchas veces golpiao
con las costiya’en la tierra
cuando he rodao en la sierra
o al descuido me han voltiao,
pero también he montao
muchos potros de la oreja
y cuando el bagual se queja
corcoviando en lucha sucia
me defendí con la astucia
que solo el gaucho maneja.
Siempre yevé en la tropiya
al potro bruto coludo
porque al corriente, hasta el nudo
lo tusé en forma senciya;
tuve una baya amariya
-madrina de unos tobianos-
que fue tremenda en los yanos
y no es por fanforroniar,
pero la sabía maniar
¡con dos pañuelos de mano!
Desde áhi que me criticaron
diciendo que sancochaba
o tal vez porque ensiyaba
lo que otros gauchos largaron.
Por mis cuerambres pasaron
potros, burros y largao,
y aunque nunca fui afamao
como jinete, por cierto,
solo, en los campos abiertos
he perdido y he ganao.
Hoy que han pasado los años
y el galope de la vida
me señala otra partida
con recursos aledaños,
escucho un tropel qu’estraño
y un tayido que pregona,
más como hombre que razona
tras el silencio que aferro
me yena el alma el cencerro
de la prima y la bordona.
Romance al Indio
(Pintura: Francisco Madero Marenco)
Indio te pido perdón....
dueño total de la tierra
a vos te hicieron la guerra
pa que gobierne un mandón
el despojo fué razón
del caudillo corrompido
en cuerpo y alma vendido
al político letrao......
y ansí juiste condenao
al degueyo, o al olvido.
Al gaucho que la extensión
junto con vos, compartía,
la leva lo arrió un mal día
pa pudrirse en un cantón,
sin más Dios, ni más razón
que el cepo, el hambre, la muerte...
igual que a tu raza fuerte
fue maldito y perseguido
y viendo todo perdido
al facón, jugó su suerte.
En la cruenta atropellada
del más sangriento entrevero
el gaucho le puso el cuero
al coraje de la indiada
las dos sangres misturadas
cimentaron la distancia
como dato de importancia
y pa terminar la cuenta,
de ellos, quedó la osamenta
y el letrao, ¡plantó una estancia!
Y ansí ¡caudiyos ladrones!
y milicos "sables largos"
por su cuenta o por encargo
alambraron extenciones,
florecieron los cantones
Jueces de Paz, ¡ventajeros !
engordaron los pulperos
con la miseria y el vicio
-el indio fué al sacrificio,
y el gaucho al estaquiadero-
Al indio manso, por manso,
con promesas lo engañaron
de a poco lo esclavizaron
robandolé hasta el descanso
y cuando en un abalanzo
preñao de furia y coraje
quizo cobrar el ultraje
del exterminio aberrante
el ilustre gobernante
lo hizo matar por salvaje.
Peor que a un perro lo trataron
al indio que se entregó,
ni la familia salvó
también se la arrebataron
de sirvientas se llevaron
sus hijas y a su mujer...
el pobre entró a padecer
de hambre en los cañaverales
y en oscuros quebrachales
cinchando a más no poder.
Otros fueron a prisión,
a algunos ...los fusilaron,
los toldos les arrasaron
a degüeyo, sin perdón
-por la civilización !!
-por el progreso dijeron !!
los alambrados tendieron
en la larga y en la corta
la cuestión es que a la torta
entre ellos se repartieron.
Cuando escribieron la historia
a gusto de su exelencia,
emponcharon la concencia
y embretaron la memoria.
Se manotiaron la gloria
igual que las extensiones
ansi se hicieron patrones
en medio de tanto embroyo
dejando al indio y al crioyo
muerto de hambre en los rincones
Se alzaron los monumentos...
de a caballo por las plazas
les dieron campos y casas,
títulos y nombramientos
de los pobres harapientos
milicos de los cantones
de esos....naide dió razones
ni en los repartos dentraron
a muchos los encerraron
por vagos, o por ladrones.
Pa pior, entre tantos males,
el sur quedó despoblao...
el indio fué masacrao
y el inglés,....sentó sus reales.
Los gobernantes geniales
que por la europa anduvieron
nuevas costumbres trajeron
de gente más ilustrada,
y al páis, por menos que a nada
como hacienda lo vendieron.
Por eso te estoy pidiendo,
indio hermano tu perdón
y aunque no entré en la junción
siento que te estoy debiendo;
mi canto se irá esparciendo
por la llanura y la sierra
será tu grito de guerra,
que a alguno lo hará temblar
cuando te sientan nombrar
¡dueño total de la tierra!
(Pintura: Carlos Montefusco)
Indio te pido perdón....
dueño total de la tierra
a vos te hicieron la guerra
pa que gobierne un mandón
el despojo fué razón
del caudillo corrompido
en cuerpo y alma vendido
al político letrao......
y ansí juiste condenao
al degueyo, o al olvido.
Al gaucho que la extensión
junto con vos, compartía,
la leva lo arrió un mal día
pa pudrirse en un cantón,
sin más Dios, ni más razón
que el cepo, el hambre, la muerte...
igual que a tu raza fuerte
fue maldito y perseguido
y viendo todo perdido
al facón, jugó su suerte.
En la cruenta atropellada
del más sangriento entrevero
el gaucho le puso el cuero
al coraje de la indiada
las dos sangres misturadas
cimentaron la distancia
como dato de importancia
y pa terminar la cuenta,
de ellos, quedó la osamenta
y el letrao, ¡plantó una estancia!
Y ansí ¡caudiyos ladrones!
y milicos "sables largos"
por su cuenta o por encargo
alambraron extenciones,
florecieron los cantones
Jueces de Paz, ¡ventajeros !
engordaron los pulperos
con la miseria y el vicio
-el indio fué al sacrificio,
y el gaucho al estaquiadero-
Al indio manso, por manso,
con promesas lo engañaron
de a poco lo esclavizaron
robandolé hasta el descanso
y cuando en un abalanzo
preñao de furia y coraje
quizo cobrar el ultraje
del exterminio aberrante
el ilustre gobernante
lo hizo matar por salvaje.
Peor que a un perro lo trataron
al indio que se entregó,
ni la familia salvó
también se la arrebataron
de sirvientas se llevaron
sus hijas y a su mujer...
el pobre entró a padecer
de hambre en los cañaverales
y en oscuros quebrachales
cinchando a más no poder.
Otros fueron a prisión,
a algunos ...los fusilaron,
los toldos les arrasaron
a degüeyo, sin perdón
-por la civilización !!
-por el progreso dijeron !!
los alambrados tendieron
en la larga y en la corta
la cuestión es que a la torta
entre ellos se repartieron.
Cuando escribieron la historia
a gusto de su exelencia,
emponcharon la concencia
y embretaron la memoria.
Se manotiaron la gloria
igual que las extensiones
ansi se hicieron patrones
en medio de tanto embroyo
dejando al indio y al crioyo
muerto de hambre en los rincones
Se alzaron los monumentos...
de a caballo por las plazas
les dieron campos y casas,
títulos y nombramientos
de los pobres harapientos
milicos de los cantones
de esos....naide dió razones
ni en los repartos dentraron
a muchos los encerraron
por vagos, o por ladrones.
Pa pior, entre tantos males,
el sur quedó despoblao...
el indio fué masacrao
y el inglés,....sentó sus reales.
Los gobernantes geniales
que por la europa anduvieron
nuevas costumbres trajeron
de gente más ilustrada,
y al páis, por menos que a nada
como hacienda lo vendieron.
Por eso te estoy pidiendo,
indio hermano tu perdón
y aunque no entré en la junción
siento que te estoy debiendo;
mi canto se irá esparciendo
por la llanura y la sierra
será tu grito de guerra,
que a alguno lo hará temblar
cuando te sientan nombrar
¡dueño total de la tierra!
(Pintura: Carlos Montefusco)