lunes, 5 de diciembre de 2011

Primavera en el pago

(Pintura: Molina Campos)
Del rancho por la ventana
asoma la moza linda
y en su sonrisa le brinda
su saludo a la mañana.
Una calandria temprana
resbala, allí, su canción,
y se ahonda la emoción
que todo el pago despierta,
al ver la tranquera abierta
lo mismo que el corazón…

En la antigua madreselva
canta alegre el diostedé,
como si pidiera que
torne el rumor de la selva.
cual insinuando que vuelva
la primavera, la flor
abre su broche; en candor
se sonrosa el duraznero,
y apresurado el hornero
hace su rancho de amor.

Sobre el musgoso brocal
del tosco pozo vacío,
canta su paz y albedrío
el inquieto cardenal.
Del vecino pajonal
trae murmullos el viento,
y con demorado acento,
-Tal vez llorando un desliz-
silba la errante perdiz
su triste recogimiento.

Un toro a lo lejos brama
y no hay cosa en el momento
que no se agite ante el viento
o que no tiemble en la rama…
Un perfume de retama
llega del cerco florido,
y con el poncho llovido
pasa el sufrido resero
que anima con el talero
y arrea con el silbido.

Ha llegado el mediodía
y del horno de hacer pan
sacando los bollos están
Cipriana y doña María.
De la vieja pulpería
de copas se oye el rumor,
y con indecible amor,
en la casa solariega
parodiando a Santos Vega
cantando está un payador.

En el próximo talar,
desde que ha venido el día,
no cesa la algarabía
de las aves del lugar.
Llora el sauce su pesar,
el río da su canción,
y con tristísimo son
viene rimando un cencerro
nostalgias de Martín Fierro
con sueños de tradición.

Oh pago de mis andanzas,
de la luz, de la alegría,
de la vieja pulpería
y las lindas esperanzas;
pago en que rompí mis lanzas,
saludo a tu primavera,
y al sol que ya reverbera
te dejo mi última nota,
como una bandera rota
que, sin embargo, es bandera!

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