lunes, 21 de noviembre de 2011

Echuría


No quisiera que vengas a mi mente
no tendría que verte en mi existencia,
olvidarte por siempre es mi deseo
aunque sufre mi ansia ya deshecha.

Moriré sin que vuelvas a mis labios
ni estarás en el medio de mi senda,
al hallarte me has hecho tanto daño
que mi vida quedó perdida y vieja.

He quemado contigo tantas horas,
tantas horas que hasta mi pobre estrella,
hoy me vela dolida junto al catre
y maldice a tus garras por mi pena.

He pagado con creces tus placeres,
por las noches las manos se me hielan,
me pegaste un ponchazo y sufro mucho
cada vez que mi mente te recuerda.

Te lucí en un tiempo con orgullo,
hoy padezco la pena de tu ausencia,
no he podido borrarte de mi mente,
de recuerdo guardé la tabaquera.

Como cruda traición de mal amigo
que con falsa sonrisa se dispersa,
por tu culpa, tabaco, estoy sufriendo,
tu veneno dejó mi sangre enferma.

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