(Pintura: Eleodoro Marenco)Hoy he vuelto a la cañada,
aquella de los recuerdos,
porque yo siempre me acuerdo
de mi niñez adorada.
La hallé triste y asorada,
laguna que se secó
pero el abrojal creció,
hoy solo se ven yuyales
seco arroyo, manantiales...
tierra mía: ¿qué pasó?
La totora, el pajonal,
un alambrao ya vencido,
entre cardos escondido
lo que antes fuera un corral.
Allá en la loma, el sausal,
una planta de higuerillas;
cosas mías tan sencillas,
que a sus memorias me aferro,
ya no se escucha el cencerro...
¿dónde andará mi tropilla?
Con firmeza sin igual,
los horcones del alero,
el palenque, un esquinero
que lo sostiene un puntal.
El hornero que triunfal
cantaba sobre su nido,
también se alejó vencido,
el viento llegó primero
yo también como el hornero
hallé mi rancho caído.
Me voy buscando el olvido
en ancas de mi cantar,
fue muy triste regresar
y encontrar todo perdido.
Quiero trenzar un silbido
mientras despacio me pierdo
con el andar algo lerdo,
me va llevando el destino
por los campos y caminos
del pago de mis recuerdos.
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