(Dibujo: Vasco Machado)
Yo nunca he sido rogao
pa’ cantar, cuando me invitan;
sé pitar ande otros pitan
del juerte, si han convidao.
Aprendí a no ser quedao
dende que este mundo es mundo,
y por llevar muy profundo
lo que la tierra me ha dao
soy hueso que, aunque pelao,
en criollo sabor abundo.
Pa’ decir una verdad
no ando como el malacate,
soy paisano como el mate,
mi ley es la honestidad.
No tengo escuela, es verdad,
mas pa’ vertir lo que siento
soy pingo de largo aliento
cuando dentro a galopiar
y al guadal lo sé olfatear
aunque de atrás venga el viento.
Y nunca gasto cartuchos
en bicho que no se come,
quien a mi canto se asome
no tendrá que pensar mucho
hablo clarito y escucho,
no acepto ponderaciones,
mis versos son las razones
que como mojón clavadas
marcarán las rastrilladas
de paisanas tradiciones.
Soy surero hasta las patas,
mídanme con cualquier vara,
soy calandria que se para
por las tardecitas gratas
en la enramada y desata
la sencillez de su trino
para que el hombre argentino
nunca olvide su costumbres
y sea un lucero que alumbre
de nuestra raza el camino.
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