(Pintura: Pablo Uriburu)
Sumí en la tierra la hoja e mi cuchiyo,
estaca a que ato a maniador mi overo,
y acomodé el recao en las gramiyas
pa acostarme sobr'él, de cara al cielo.
Como mi vida guacha poco pudo
gustar la miel del sentimiento ajeno,
suelo hacerme el mimoso con la luna
que me manda hecho luz su largo beso.
Hoy gozo sus caricias más que nunca,
mientras me hayo aguardando que los dedos
del sueño yeguen a cerrar mis ojos
y tiendan sobre mi su poncho negro.
Mientras el sueño lerdo me campea,
pues sin duda no sabe ande m'encuentro,
como toros que bajan a l'aguada,
desfilan por mi mente los recuerdos.
Y la res del pasao queda maniada;
en mi viejita pienso, moro al cielo,
se me hace que son madres las estreyas,
veo un lucero grande y lagrimeo.
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