"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
domingo, 9 de enero de 2011
Romance para mis tardes amarillas
I
Cuando me lleve el destino
por otras huellas un día
cuando ansias de andar me alejen
de mis tardes amarillas
Iré cargando bagajes
de tristezas escondidas
y soledad de distancias
hincadas en mis pupilas…!
Cómo he de extrañar entonces
calor de tierra nativa,
como he de sentir la ausencia
de mis tardes amarillas,
en espejos de represa
donde la luna se mira
y tristes sauces llorones
que en las acequias musitan…!
Tardes que tienen misterios
de cardón en sus aristas
y vuelo de tordos negros
buscando tuscas floridas.
Hachas oscuras de bosques
en sus espaldas hundidas
y pinza negras de jumes
en un brillar de salinas…!
II
Tardes que tienen ojeras
azules de lejanía,
cansados carros fleteros
que en las picadas rechinan
Palabras de viento norte
que se amargan de jarillas
y silbidos de perdices
en los montes escondidas…!
¡Ay! Cuando un sueño me aleje
de mis tardes amarillas
me acompañarán los cantos
tristones de las urpilas,
vidalas de ausencias largas
cantando mi despedida
y soledad de quimiles
hecha adiós en sus espinas…!
Como he de extrañar entonces
calor de tierra y de vida
como he de sentir la ausencia
de mis tardes amarillas,
mientras los parches legüeros
se alarguen de letanías
y los yajnarcas me atajen
presintiendo mi partida…!
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