"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
domingo, 28 de diciembre de 2008
El trance fiero.
Yo andaba en un redomón
bastante bruto y macaco
cuando lo escuche al "mataco"
que toriaba en un zanjón.
Sali medio al galopón
pa ver lo q habia encontrao
pero me quedé pasmao
cuando distinguí de paso
q era un jabalí machazo
y de cormillo cruzao.
Como nunca fui chambón,
pa voltiar cualquier padrillo
pensé que sería sencillo
partirle en dos el melon
pero me tembló el garrón
cuando se me vino airoso
quise pelar el bufoso
pero el matungo macaco..
se enredó en un alpataco
y al suelo fui tembloroso.
En tremenda mezcolansa
cuando medio me paraba
vi que el caballo sangraba
desde el encuentro y la panza
y al perder las esperanzas
de voltiarlo de un balazo
disparé unos cuantos pasos
pero al mirarme de a pie
volvió a encararme otra vez
como pa hacerme pedazos.
El perro tuito sangrao
desde el ocico al cogote
no le aflojaba al grandote
y parecia duplicao
y si no he sido achurao
por aquel chancho fierazo
fue por el perro amigazo
porque cuando se venía
al cruce se le prendia
sin miedo a los cormillazos..
...
Entre tantas reculadas
y apurones sin ventaja
me había hecho perder la faja
y una alpargata gastada
y fue en una corajiada
mezcla de miedo y cosquilla
que al saltar una jarilla
alcance a pelar el fierro..
y haciéndole honor al perro
se lo prendí en las costillas.
Como quien siente el amargo
dolor en cuerpo desnudo,
pegó un bufido el cerdudo
y se alejó al trote largo,
pero el perro sin embargo
lo siguio firme y parejo
y cuando lo hallé allá lejos
en una playa estirao
se había muerto desangrao
por defenderme el pellejo.
Allí quedó pobrecito
entre tomillos y sampa
por serle fiel y sin trampas
a quien lo crio de chiquito
en cambio el chancho maldito
herido pero se fue
y tristemente pensé
que julepe compañero..
donde casi dejo el cuero
de puro tonto esa vez!
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