"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
San Antonio de Areco, reliquia del paisano,
cuna de don Segundo y de la tradición,
el puente con su río, el Parque, La Blanqueada
y un poco más distante la estancia de Leonor.
Paisanos de la talla de don Víctor Taboada,
el Manco Echeverría y el Ñato Barragán,
forman un ramillete de rosas y claveles
que aunque ya estén cortados no se han de marchitar.
El gran don Victorino también ya se ha alejado,
domando ese camino que a todos va a tocar;
llevándose consigo un mundo de recuerdos
y dejando su estampa de caballero leal.
Qué lugar más hermoso, San Antonio de Areco,
siempre conserva esencia de lo tradicional
un chotis o milonga, un término, una cifra,
que por don Jorge Heredia, sabemos escuchar.
Algunos ya se fueron pero su estampa quedan
grabada en la memoria de los que vivirán,
es toda una reliquia, un pago como éste,
siempre lo recordamos cantándole este vals.
(Arreglos de Ricardo Almonacid)
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Aclaraciones: ("No aclares que oscurece...")
"Las formas estróficas preferidas en el ámbito pampeano y bonaerense han sido la cuarteta romanceada y la décima, siendo ésta última la que más comúnmente se presenta enriquecida mediante diferentes recursos ornamentales.
En Décimas
Casi la única forma de la décima difundida en la campaña bonaerense se ajusta con precisión a la fórmula 8abbaaccddc (8 = verso octosílabo).
Se atribuye su creación - o al menos su intencional práctica y divulgación en España, donde hoy se halla virtualmente en desuso-, al poeta y músico don Vicente Espinel, nacido en Ronda (Andalucía) en el año 1550, de donde se origina su adjetivo de "espinela". Desde el último cuarto del Siglo XIX fue la estrofa exclusiva del estilo -llegado junto con ella del norte-, y reemplazó a la cuarteta en el canto de la cifra. La última forma cantable en adaptarla fue la milonga, que hoy es la canción más intensa de práctica en todo el ámbito pampeano.
Con artificio estructural: son aquellas composiciones donde la dificultad en el armado de la estrofas reside en textos de inclusión obligatoria en comienzos o finales, respondiendo a una pauta planteada al principio.
De pies atados: entre las diversas posibilidades del manejo artesanal de las estructuras, las más difundidas se relacionan con la operación de glosar, esto es, desarrollar cuatro décimas, cada una de las cuales tiene como verso final el correlativo de una cuarteta que se toma como punto de partida y tema a desarrollar. Se obtiene de ese modo una cuarteta glosada en décimas, también llamada "de pies atados". Con mucha menor frecuencia, el verso obligatorio no remata sino que encabeza la estrofa. Este recurso de ingenio y pericia -derivado, según Alfonso Carrizo (1945) del zéjel medieval-, fue cultivado por poetas ilustrados españoles hasta el siglo XVII, cayendo luego en desuso. En América, en cambio, fue entusiastamente adoptado por los poetas populares de más alto vuelo, logrando amplia difusión tanto por transmisión oral como por hojas impresas. No fue ajeno a su cultivo el interior bonaerense, donde se han recogido abundantes ejemplos.
(Tomado de "Literatura Popular Bonaerense", vol 4: "Cancionero Tradicional". A cargo de Rubén Pérez Bugallo) . Edit. Instituto Cultural. Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.