sábado, 13 de enero de 2018

El rincón de "La Blanqueada"


(Pintura: Jorge Campos)



En un rincón del potrero
ya por los años vencido
de oreja y labios caídos
se está muriendo el overo.
Ya tiene azulejo el cuero
por lo avanzado de su edad
Aunque allá en su mocedad
fue muy útil y  manso
anda buscando un descanso
pa toda la eternidad.

En un tostao redomón,
el hijo de Juan Sirilo,
al tranco manso y tranquilo
viene llegando al rincón.
Aunque el tostao correntón
de lejos viene orejiando
Se queda parao mirando
por saber lo que allí pasa,
solo ve uno de su raza
que esta en el suelo boqueando.

Se desmontó del tostao
Y al verlo flaco y sumido,
se arrimó sin hacer ruido
y se le paró a un costado.
Tal vez cuenta se habrá dado
el pingo en ese segundo,
pegó un resuello profundo
cual si conociera al dueño
y se fue como en un sueño
a tranquear al otro mundo.

A él le brotó una emoción
y pensó con entereza:
hoy se cumplió la promesa
que me había hecho el patrón.
Lo enterró en ese rincón,
del cielo calló una gota
El chingolo dio la nota
en la mañana campera;
murió el dia'e la bandera
pa sentirse mas patriota.

Y al pasar por el rincón
de la estancia "La Blanqueada"
Hay una cruz alambrada
que me llena de emoción.
Pienso en el mensual gauchón,
el que escribió en el letrero:
"Acá descansa el overo
que domó Fermín Videla,
el que me llevo a la escuela
casi seis años entero".

Macaquiando


(Pintura: Tony O´Connor)




Han dicho con mucho aplomo
que soy un " bagual beyaco"
y es por eso; lo destaco
qué no estoy" matao" del lomo.
Mañero?, ni por asomo,
sólo arisco y chucarón,
soy de cogote durón
por no conocer palenque,
y no soporto el rebenque
pa'no terminar "sobón".

Cuando quieren agarrarme
no dejo que me arrinconen
aunque muchos me proponen
buena ración pa' encerrarme...
Otros prefieren hambriarme..
tampoco es buena la idea
porque aunque efetiva sea
el que's por hambre domao
ni bien hecha algún bocao
y se engorda... corcobea!.

No dejé emponchar mis ojos
ni conozco la tijera,
prefiero la crin entera
aunque alce algunos abrojos.
Que sufrís algún despojo
cuando te voltean, es fija,
y esto hace que yo elija
no caer en la voltiada
pa' no sufrir la cerdiada
donde hay tanta sabandija.

Es cierto... nunca he lucido
emprendaos de plata y oro,
pero luzco con decoro
qué no me hayan sometido.
Tampoco nunca ha tenido
mi pelaje mucho briyo
y hoy que ya cruzó el colmiyo
como ha sido, siempre igual
mi pelaje es natural,
sin rasqueta, ni cepiyo.

No seguí ningún cencerro
tampoco me dejo arriar
porque me gusta rumbiar
y no me gusta el encierro.
Pa' mis garrones no hay perros
y aqueyos que me han echao
me han vuelto tan desconfiao
qué ando de orejas paradas
pa' pegarle la espantada
a tanto "cuzco" agrandao.

Y si pego la asentada
es pa' no dentrar al brete,
quien a la manga se mete
lo espera la embozalada;
no nací pa' boca " atada"
aunque sea de hilo el bocao
pues no soporto el recao,
ni el apretón de la cincha,
soy un bagual qué relincha,
la liberta' que ha heredao!!

viernes, 5 de enero de 2018

Oración a la Patagonia - Quimey Neuquén







Oración a la Patagonia

Ay, no puedo, no puedo
decir tu desnudez, tu poderío;
la piedra de tu seno
guarda un duro secreto que no es mío.

Ay, no puedo, no puedo, 
virgen mapuche,
ciervo malherido;

por tu tierra inviolada duerme un grito.

Tengo miedo de ti,
territorio del viento;
horizonte frontal
desconocido,
desierto.

Tengo miedo 
del ríspido subsuelo
que amamanta en la sombra tu desvelo
los líquenes tehuelches
carcomiendo el olvido
la voz de las cenizas alzándose en el rito
salmodiando su coro empecinado
ululando el tañil del alarido:
¡Argentina! ¡Argentina!

Un día subirá el loncomeo
ondeando por sus ásperas banderas
como la voz del fuego.

Un día impetrarán su ruego
las vestes aborígenes del agua, 
los potros de la sed y el pan incierto;

y un nuevo Dios de establo y de pobreza
nos nacerá otra vez desde tu aliento
con el último  niño de la raza
que se vaya muriendo.

Y el jinete del alba dará vueltas
galopando hacia allá
por el desierto

¡para decir que sí, que estamos vivos!
¡para gritar que no, que no hemos muerto! 

(Suma Paz)* Ver abajo del todo.

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(Foto del Cacique Sayhueque)



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(Foto: flor que se conoce como "capachito", "topa-topa", "zapatitos de la Virgen o de Venus". Es una Calceolaria que se encuentra desde Patagonia hasta México)





Quimey Neuquén


Flor  de los arenales...
regada en sangre del bravo Sayhueque
Grito que está volviendo,
en tu desbocado potro pehuenche.

Del cielo la onda noche,
se oye del viento la serenata.
Tupos la luna prende
en la negra cimba de mi araucana.

Aguas que van,
quieren volver,
aguas que van,
quieren volver,
río arriba del canto aprendido,
Neuquén quimey,
quimey Neuquén.

Sol que se está gastando,
en piedras lajas
y turbias corrientes.
Beso la sombra india,
que vuelve crecida
de un sueño verde.

Ya madura el silencio,
por el agreste vientre de tus bardas.
Quiere Rayen dormirse,
tiemblan sus entrañas, enamorada.

Aguas que van, quieren volver,
aguas que van, quieren volver,
río arriba del canto aprendido,
Neuquén quimey, quimey Neuquén,
Neuquén quimey, quimey Neuquén,
Neuquén quimey, quimey Neuquén...

(Letra: Milton Aguilar, música: Marcelo Berbel).


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*En su libro: "Al Sur del canto", Suma Paz lo publica así:

Oración a la Patagonia:

Ay, no puedo, no puedo
decir tu desnudez, tu poderío;
la piedra de tu seno
guarda un duro secreto que no es mío.

Ay, no puedo, no puedo, 
virgen mapuche,
ciervo malherido;

por tu tierra inviolada duerme un grito.

Tienen miedo de ti,
territorio del viento;
horizonte frontal
desconocido,
desierto.

Tienen miedo 
los que cargan tu sol en sus mochilas
para cazar la sombra del guanaco
y el rojo jabalí que se degüella
sobre un coirón de sangre y ceniza.

Tienen miedo 
los que horadan tu ríspido subsuelo
y el negro manantial de tu latido
les arroja en la cara tu desvelo:
un cachorro de tigre embravecido.

Un cachorro de tigre ha mamado
liquen y llanto de tu luz bardina
y saltará, rugiendo empecinado
¡Argentina! ¡Argentina!

Un día subirá el loncomeo
ondeando por sus ásperas banderas
como la voz del fuego.

Un día impetrarán su ruego
las vestes aborígenes del agua, 
los potros de la sed y el pan incierto;

y un nuevo Dios de establo y de pobreza
nos nacerá otra vez desde tu aliento
con el último  niño de la raza
que nos vaya naciendo..

Y el jinete del alba dará vueltas
galopando hacia allá
por el desierto

¡para decir que sí, que estamos vivos!
¡para gritar que no, que no hemos muerto!

Ay Pehuén (Loncomeo)


Pehuén hachándote están
porqué te quieren matar.
Si sos el bién del buen Nguenechén
Pehuén no se por qué.

Cultrún que vuelva a sonar,
Tu cuero de luna y sal.
Tu son al sol habrá de golpear
Y el sol al son vendrá.

        Estribillo 
Nguenechén . . .
Mira que implora , que grita, que llora ,
La sangre silvestre de todo Neuquén,
Nguenechén . . . Nguenechén .

Pirén , deja de llorar
que Dios es indio talvez
y el mandará nuestro amanecer
Pirén, yo se porqué.

Piñón, pedazo de pan
vida, que vida nos da
Si vos te vas, nos vamos los dos,
Yo se que sí, piñón.

Nguenechén . . . 
Mira que implora , que grita, que llora ,
La sangre silvestre de todo Neuquén,
Nguenechén . . . Nguenechén .

Qué mas da...


Me voy muriendo apretao en el cristal,
soy un eco nada más,
ya no es mía ni la misma soledad
qué más da,... qué más da.

El tiempo abuelo que se fue, no volverá,
y la ausencia llora ya
mi destino de escarchilla y vendaval
qué más da... qué más da.

Pobre mi coltron el no sabe que nos van
pie descalzo en el pircal,
ni su risa el coirón escuchará
qué más da, ... qué más da.

Vamos kuseima que no queda nada atrás
y la luna ciega está
ya no alumbra ni la cruz ni el manantial,
qué más da.. qué más da.

Larga es la invernada de aquél que se va
impuesto y miseria, empujando están,
los ranchos se hacen tapera,
entró el alambre a tallar,
ausencia... pena... y camino
qué más da... qué más da.

Me voy muriendo apretao en el cristal,
soy un eco nada más,
ya no es mía ni la misma soledad
qué más da,... qué más da.

Los boleadores



Se alzaron en la llanura
humaredas verticales,
dando las claras señales
bien escritas en la altura.
El cielo le dio su anchura
transformado en pizarrón,
más tarde como aluvión
caía la gente apiñada,
para empezar la boleada
después de la quemazón.

Y ya listos los punteros
con todos los batidores
dando pie a los boleadores
con sus frescos parejeros.
Empezaron los primeros
a entrar en la ruda acción,
de cerco, se hizo un cordón
y cada uno a sus maneras
enroscó las ñanduceras
arriba del cinturón.

Empujaban hacia adentro
perdices, gamas, venados,
gatos, charos, enredados
iban quedando en el centro.
Era una turba el encuentro
de polvareda al tras luz,
los que iban sobre el testuz
hacían lucir sus piruetas
las repentinas gambetas
que realiza el avestruz.

Con la manijera en mano
bien plantados en sus puestos,
medios a pelo y dispuestos
cada uno esperó en su plano.
Y se comenzó a desgano
la tarea de bolear,
fantaseaban sin fallar
casi, en tremendas corridas
dejan las presas tendidas
para luego desplumar.

Después venían las pesquisas
de las bolas que han fallado
o atender a un lastimado
del hombro, que se hizo trizas.
Y entre bromas y sonrisas
con la reconcentración,
se aprovechó la ocasión
mientras ardían los tizones,
comían picanas y alones
al rededor del fogón.

Nuevamente al otro día
hasta pasar dos quincenas,
se repetían las escenas
con la misma cacería.
Al llenarse la alcancía
dan por terminado el plan,
y a su "pago" con afán
llegan con la desplumada
y así, hasta la otra boleada
la pasaban de holgazán.



Romance (Poema)



Aquí estoy en mi Neuquén
hombre-árbol semillando...
con la fuerza del pehuén
y el dulzor de los manzanos.
Me miró la cordillera
con los ojos de sus lagos
y galopan por mi sangre
sus hechizos milenarios.

El viento me dio su grito,
el Limay su agreste canto...
la vieja machi Quillem:
la magia de sus veranos,
viento metido en el grito
va agitando mis remansos
y se hace astillas  mi voz
cuando quiere hacerse canto...

Altivo, audaz,  arrogante
con milenaje araucano,
cobré estatura en mi tierra
nutriéndome en su regazo...
Piñón, michay, frutilla;
me dieron sabor indiano,
orgullo de ser neuquino,
con pulso del río Agrio.

Trepé la sombra del árbol
por el centro del verano,
regresé en el invierno
montado en un potro blanco;
anduve leguas de ensueño
de "La Angostura" a "Varvarco"
y encontré al tiempo dormido
en los chenques araucanos.

La luna salió a mirarme
con un cultrún en la mano,
las machis juntaban días
en las orillas de marzo
y con su antigua presencia,
los señores olvidados
apretaban su tristeza
en las pircas del cansancio.

Lanín arriba flameaba
el cielo de mis paisanos
y volvieron con un ruego
entre el silencio y los labios.
El nguillatún los llamaba
con voz de bruma y ocaso
y hasta rezaron en indio
los de Namuncurá, el santo.

Por las arenas bravías
iba rodando mi rastro
y el viento se entretenía
desnudando su pasado.
Sueños de alfarería
quebrados en un cántaro,
por su boca destrozada
se quejaba aun el barro.

Tierra Mapuche, mi tierra,
conserva su propio llanto
y canta sus alegrías
en el ñorquín de sus pájaros.
Ninguna tiene su acento,
ni sus bosques, ni sus lagos,
ni sus ríos corajudos
de galope desbocado.

Con el Limay, el Neuquén,
la patria hará su milagro...
Florecerá la grandeza
que tanto y tanto soñamos,
cuando sujetan su furia:
Chocón, cerros colorados,
un complejo de mayúsculas...
himno de paz y trabajo.

Laten por mis orígenes
los volcanes derrumbados,
dioses de fuegos violentos
hundidos en un letargo.
donde la sangre termal
fundadora de milagros,
los que a copahue dieron
la vida en aguas y barros.

Y cuando veo mi desierto
por torres crucificado,
regalar su corazón
de petroleo milenario,
corro en el malón del viento
sin espuelas ni caballo,
con un orgullo salvaje
de argentino y de paisano.

Y en la boca de las machis
se va templando mi canto
en el grito más antiguo
prisionero del uranio,
y amanecido de oro...
me voy a Andacollo abajo
soñando por sus orillas
viejos sueños desvelados.

Y subo, en el silbo arriero
por las cuestas del Palao,
hayo yuyos milagreros
custodiados por el Ñanco,
lunas rotas en los cohiues,
incendios en los ñirantos,
vertientes que se ríen
con los ojos escarchados.

De la nieve más altiva,
fugitiva de los barros,
yo dejo mi corazón
prendido en su pecho blando
para que vuelva a los valles
repartido entre los pastos
cuando jueguen con sus crías
los ciervos y los guanacos.

Pulsando las soledades
voy regresando a los llanos,
voy volviendo hacia mi origen:
mezcla de indio y de blanco,
y aquí estoy en mi Neuquén
hombre-árbol semillando...
con la fuerza del pehuén
y el dulzor de los manzanos
parado al pie de mi sangre,
de frente, frente a lo extraño,
con la lanza maloquera
o el sable expedicionario.

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Muchas gracias por la generosa y paciente colaboración: don Emanuel Aguilar!!


miércoles, 3 de enero de 2018

Coplitas paisanas


(Pintura: Molina Campos)


Quiero una copla que quede
después de mi último adiós,
memoria de un hombre-tierra
que a su tierra le cantó.

Lucecita que en las noches
alumbre desde un chonchón*,
leñita de un árbol seco
para encender un fogón.

Quien no dice que en sus penas
se le arrime al indio peón,
o le sirva de consuelo
al capataz o al patrón.

Quiero que crezca humilde
como flor de "huenutror"
entre espinas y pezuñas,
pedregales y coirón.

Tal vez la empuje hacia lo alto
el silbo de algún arreador,
o se hunda en el silencio
si no la encuentra un cantor.

Coplita pobre y paisana
como siempre he sido yo,
mitad indio, mitad blanco:
poca plata, mucho amor.

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* El Chonchón o también conocido como el Tué Tué, Chuncho o Quilquil, es una criatura fantástica que se desprende de la mitología mapuche (Chile) y también en algunas regiones de Argentina.

El Chonchón o Tué tué es descrito como una extraña y fantástica ave de plumas grises, pero su característica más resaltantes es que lleva una cabeza humana en el lugar de una cabeza de ave, cabeza de orejas largas en una suerte de alas, con las que puede volar. Otra característica importante es el sonido que emite, un grito repetitivo que dice TUÉ TUÉ (de ahí el nombre).

Cuenta la leyenda del Chonchón, que esta ave suele rondar en las zonas rurales de Chile y Argentina, su presencia es muy maligna y de mal augurio. Se dice que el Chonchón sería encarnación del espíritu de un Calcú (brujo o persona que realiza magia negra y hace práctica mala con los espíritus). También se cree que es un brujo o bruja de magia negra que ha tomado esta terrible forma.

Se dice que el Calcú se aplicaría un mágico ungüento, que haría que se desprenda la cabeza del cuerpo, transformando su cabeza en un cuerpo de plumajes, garras afiladas y orejas tan grandes que sirven en una suerte de alas. Lo asemejan mucho a un búho o a una lechuza con cabeza humana. Para retornar nuevamente a su forma humana deben aplicarse nuevamente este ungüento mágico

Se dice que esta transformación se da con el fin de realizar maldades, están protegidos por los poderes del diablo. Siempre lo hacen de noche, se dice que si se logra avistar un Chonchón es que la muerte está cerca. Es por eso que oír o ver una de estas criaturas es de muy mala augurio y mala suerte, ya que representan la muerte misma.


martes, 2 de enero de 2018

El Rosillo Malacara





Ya que me han dado un barato
y estando entre gente criolla
vi'hacer correr por la argolla
el lazo de mi relato,
aunque a veces me abatato
como novio el primer día,
cuando siente el alma mía
que el recuerdo me acollara
al Rosillo Malacara
que ensillé en mis correrías.

Para ese tiempo ya ido
por mi oficio de resero,
a los viejos Mataderos
caia con tropa tupido;
por guapo y por decidido
lucía el Rosillo un cartel
y aunque una tropilla fiel
tenía de Moros, iguales,
siempre entraba a los corrales
capatazeando con él.

Aunque era una obligación
al pisar el empedrao,
andar siempre bien montao
para evitar un papelón
por si algún toro malón
de lomo color cotorra,
como buscando camorra
se le volvía sobre el pucho,
capaz de hayarlo el matucho
y hacele apretar la gorra.

Yo jamás me vi en apuro
mientras ensillé esa prienda
y eso que anduve entre haciendas
de cuidao ¡se lo aseguro!
Mestizos criollos oscuros
de los sitios más lejanos,
algunos tan orejano
que podría decir sin yerro
que hasta el día del encierro
no habáan visto un cristiano.

Desde el Río Colorao
traje una vez en un lote:
un toro bayo grandote
más malo que indio mamao;
tal vez de puro cansao
se entró a enojar el sanguanga
y casi arruina la changa
porque entre gente campera
no había 'cristo' quien pudiera
hacerlo entrar a la manga.

Al sentir mi orgullo herido,
como ensayando un desquite,
le hice al Rosillo un convite
y el aceptó mi pedido;
le solté como un bramido
-"¡Guarda Toro!" pa´que escuche !
Y cuanto movió el mapuche,
y lo calcé en las costillas
lo hice juntar las varillas
contra los palos del buche.

Había que verlos al matrero
con ínfulas de capanga
entrar dobao a la manga
balando como un ternero;
aplaudían los corraleros
del pingo las acrobacias
y el Rosillo con audacia
teniendo al toro quietito
que estornudaba bajito
como dándole las gracias.

Como ésta que aquí recuerdo
tengo cientos que olvidé
porque el tiempo se me fue
en su lomo al tranco lerdo,
en ocasiones me pierdo
rondando en la lejanía
cuando siente el alma mía
que un recuerdo me acollara
al Rosillo Malacara
que ensillé en mis correrías !

lunes, 1 de enero de 2018

El Oscuro mentao


Como el “overo rosao”
aquel del gaucho Laguna
más gallo!, sin tanta pluma
es este oscuro tapao.
Es un pingazo mentao
brillador como el lucero;
es un orgullo, aparcero
verlo empilchao, pa’ pasear
y cuñao… pa’ trabajar
hay que sacarle el sombrero.
 
Si anda en viaje, es seguidor,
ligerón pa’un tiro’e lazo,
buena boca, y como hondazo
si un novillo es volvedor.
De coraje y de valor
pa’agarrar a la cruzada,
y si en una disparada
alguno a un campo ha dentrao,
salta limpio el alambrao
sin peligro a la pialada.
 
Baquiano en una domada
pa’apadrinar a un bagual,
o pa’agarrar del bozal
al potro, en la disparada.
De aguante en la galopiada
si fue pa’afuera el patrón,
y si en una población
se topó con una cancha,
el hombre hizo pata ancha
porque el flete es ligerón.

Lo he visto bien ensillao
con un chapeao soberano,
que al oscuro hacía tobiano
todito en plata chapeao.
Y lo sabe andar montao
un amigo de mi flor,
que luce un buen tirador
el sombrero requintao
y un pañuelo colorao
de seda, de la mejor.

Es Pedro Risso, quien luce
ese flete codiciao,
escarciador, bien domao,
buena estampa, lindo tuze.
Tal vez haya quien me acuse
de mucha ponderación,
mas me ha de dar la razón
el que entienda, porque en fija
cuando corren la sortija
sobresale entre el montón.
 
Ya el “oscuro” no es el de antes
porque está medio maceta
pero entuavía no hay sotreta
que lo eche por delante.
tuavía le sobra aguante
pa’ un rodeo a campo abierto
y está sobre sí, dispierto
por si se corta algún toro.
Pa’ mí, es mejor que el “moro”
que llevó Fierro al desierto!




 
(Revista "La Carreta" N° 168 - 04/1946 //Versos de Pedro Risso firmado como "El Zurdo Nicasio")

Recordando a Pedro Risso


(Foto del poeta don Pedro Risso, desfilando en Avellaneda, representando a "Barracas al Sur", por 1950 aproximadamente).


Cruza el viento que se aleja
dejando al paso un hechizo,
y allá va Don Pedro Risso
con rumbo a "La Estancia Vieja";
mientras espera que teja
la imagen en el pasao,
queda un tanto ensimismao
esperando a que Dios mande
pa´llevarse "Un susto grande"
mientras "bandeaba El Salao".

Muchos lo vieron domando
y andar entre hombres camperos,
como siempre "Bien Surero"
por donde cruzó tallando
la noche lo vío "Matiando"
sin ser una cosa rara
y como es de los que ampara
por sus cosas,  simpatías
lo vieron pasar el día
"Hablándole al Malacara".

Vivirán como testigos
en los reflejos de un hito:
"Se lo encargo Cuñadito"
y "Noticias para un amigo",
para prestarnos abrigo
"El poncho lobuno" está
y "Entropillando verdad"
entre "Lamentos de un viejo",
apreciamos desde lejos
"La gauchada del Chajá".

Entre patriadas honestas
"Entre otro tiempo de Criollos"
Dijo "Soltando mi rollo"
me voy con "Rumbo a la fiesta",
también le dejó a "La siesta"
décimas de "Hombre cumplido"
y "Hablando de tiempos idos",
"Recordando mis picazos",
dió a su imagen un planazo
"Pa´sacarlos del olvido".

Para salir de su encierro
fue haciendo del "Tiempo Feo"
"Milongas " y "Bordoneos"
para unirlos "Fierro a Fierro",
también le canto " A un Cencerro"
como dándole un consejo
y a fuerza de años fue viejo
pobrón y con pocos cobres
porque "Riquezas de un pobre"
lo están mirando de lejos.

A veces la "Mala Suerte"
lo tomó "Por despreciao"
y anduvo "Un tiempo extraviao"
esquivándole a la muerte;
los años le vieron fuerte
hasta que una vez "Guapeando"
la buena "Como Trenzando"
le fue quitando los males
y "Los Diez Hermanos Rosales"
lo vieron pasar "Tropeando".

Mientras el pasao lo disponga
estará el "Trenzao de Seis"
y tambien en "Buena Ley"
los dos cantaos "Por Milonga";
como criollo se prolonga
y ha dado más de un consejo
y así mirando a lo lejos
parece que va de paso
al galope de " Un Pingazo"
como ha sido "EL Gatiao Viejo".

Como "Buscando pendencia"
está en verso "El Rezongón"
"A mi bandera" es pasión,
que me grita "Independencia"
"A mi cielo" es la presencia,
 de un verso muy comentao
donde quiera bien mirao
al igual que muchos otros
los que unidos a "Bota de potro"
hacen al "Gaucho mentao".

Desde su pingo "Azulejo"
entre "Cuervos y Caranchos"
se quedó "Mirando el rancho"
"Sobre el camino viejo",
allí endureció el pellejo
en años que se han ido lerdos
y como en un común acuerdo
entre los gritos de un "Tero"
dijo: "Mirando el sendero",
todo se fue en "Mi recuerdo".

Así en "Décima" agiganto
ofreciendo en la ocasión,
parte de la inspiración
de un hito de nuestro canto,
quizás los años un manto
le tejieron  y hoy se ha ido,
pero el progreso aguerrido
aunque se sienta perverso
jamás  echará los versos
de PEDRO RISSO al olvido !!


Mensual de confianza



-Buenas noches, don Almada.
-Desmonte y pase, Santiago,
¿qué lo trae por mis pagos
en horas tan avanzadas?
-Vengo de “Las Coloradas”
de Saturnino Valdez,
me echaron, sabe, y de a pie
sin ninguna explicación;
menos mal de que Almirón
me prestó su pangaré.

-Cuéntemé lo sucedido,
desembuche con confianza.
-Cositas sin importancia
que yo pronto las olvido.
A veces, de comedido,
otras de puro gauchazo.
Ayer maté de un pechazo,
sin intención!, un novillo;
y hoy se quebró un padrillo
en la yapa de mi lazo.

Mullidos los gramillares
donde retozan los puros
y no hay pingos, se lo juro,
pa’ que muden los mensuales.
Toda clase de animales
vacas, toros y padrillos,
potros, yeguas y potrillos
y cien carnero’ importaos.
¡Mire, Almada, pa’l recao!
¿Le gusta mi cojinillo?

Se ha puesto muy rezongón,
quisquilloso sin abuela;
monté un toro con espuelas
y me llamó la atención.
eché al fuego el pizarrón
con datos de la semana,
pa’ peor, la otra mañana
vengo y boleo, ¡caracho!
a un ñandú criado guacho
pa’ comerle la picana.

Cuando lleve el pangaré
dele las gracia’a Almirón,
y a ese viejo rezongón
haga el favor, digalé
que los gauchos ni de a pie
pierden a sus esperanzas,
lo que sobran son estancias
en esta tierra bendita
ande un patrón necesita
mensual de toda confianza.

Porque saqué a la sirvienta
en anca, a la recorrida,
se alzó como leche hervida
y me cantó las cuarenta;
sus modales me revientan
siempre me anda pastoreando.
Y yo que me he criao domando
por detrás del cola fina,
costumbre de mi Argentina
y he de seguir resereando.

Que pa'eso era autoridá


(Pintura: Rodolfo Ramos)



Como por casualidá
y por diversas rasones
tuve en varias ocasiones
que bajar a una ciudá.
En donde es autoridá
según dije una ocasión
nada menos que Rendón
aquel negro “liendre” y piyo
que se recostó al caudiyo
que áhi manda la situación.

Creo no habrán olvidao
que yendo de mal en peor
el moreno Nicanor
tuvo que juir del Bragao.
Yo lo créiba ya curao
de su audasia y osadía
pero con tal picardía
al caudiyo lo envolvió
que al final nombrao salió
“comisario’e polisía”.

Y un domingo a las cuadreras
cayó un gentío al poblao
pues se había depositao
plata pa’ varias carreras.
Y yo, como “juan de ajuera”
traté de hacerme informar
pues no me gusta jugar
si no la creo rumbiada
y así entregar mi mascada
pa’ perder, o pa’ ganar.

La carrera más mentada
que se corría ese día:
“El Moro” ‘e la polisía
con un “saino” ‘e la Tablada,
propiedá de un tal Almada,
paisano muy ricachón,
de muy güena condisión
y más derecho que un palo.
¡Como peludo’e regalo
le cayó al negro Rendón!

Y cada uno convenía
que’l “saino” era lijeraso
pero que no habría caso
pa’ que ganase ese día,
pues ya la vos se corría
de que había mala intensión,
porque Nicanor Rendón
mucha plata había jugao
y tendría asegurao
el triunfo en esa ocasión.

Tuito el poblao se volcó
en la cancha aquella tarde
y jué sin hacer alarde
que la plata se jugó.
A correr se comensó
en la más corta distancia,
carreras sin importancia
de algún común alversario
¡y al fin cayó el comisario
emponchao con arrogansia!

Si parecía de hoyín…
relusía el condenao
cual si lo hubiesen lustrao
de las motas al botín.
Tras él, en un mal rosín
flaco pero diligente,
avansaba su asistente
dentro’un uniforme holgao:
“¡Pero era grande el finao…!”,
decía al verlo la gente.

¡Y llegó lo prometido…!
“El Moro” era una pintura,
la del “saino” una figura
de estao perfeto y señido.
Y cada cual alvertido
ya “rumbió” pa’ la largada;
de la gente alborotada
el ¡pago! ¡pago! se oía,
y cada uno pretendía
defender bien su parada.

Varias partidas erraron…
Un “¡vamos!”, se oyó y ligero
los dos fletes, aparsero
como cuerdas se estiraron.
Los jueces se prepararon
pa’ fallar en la ocasión
y el tercero, un mocetón
que había cáido del Bragao
ya nos había demostrao
ser más “liendre” que Rendón.

“El Saino” del forastero
sostenido se acercaba
y el de Nicano pegaba
y taloneaba lijero.
Llegaron: pasó primero
“El Saino” casi cortao,
se juntaron a un costao
los rayeros… y el tercero
gritó: “-¡Puesta cabayeros
pa’ todos ha resultao!”

A nadie nos conformó
como se había fayao
y Almada ya calentao
en vos alta protestó.
Pero Rendón ordenó
a un sargento muy corsario:
“¡Páselo a este perdulario!
pa’ que aprenda esta verdá:
¡Qué ande soy autoridá
no pierde el del comisario…!


(Pintura: Carlos Montefusco)