Macacha Güemes tus ojos,
Son dos luceros en guerra;
Por eso hasta las guitarras
Te copiaron las caderas.
En tiempo de serenatas,
La oscuridad de tus trenzas;
Brillaban como las lanzas
A flor de la montonera.
Mamita del pobrerío,
Palomita mensajera;
Que entre el gauchaje lucía
Lo mismo que una bandera.
Macacha Güemes, muchacha,
Fibra de miel y azucena;
Tus ojos negros mojaron
De amor la noche salteña.
Es un inmenso placer haber descubierto este sitio cuya música aprendí a degustar escuchando a mi padre tocar, en sus ratos libres. Descubrí este rinconcito buscando la milonga del cardo, a quien únicamente escuché interpretar a Suma Paz.
ResponderEliminarPero descubrí tantas cosas que por aquí voy a andar con asididad.
Gracias por tanta autenticidad, conocimiento y belleza.