En cuanto escampó quedaron
todos los charcos despiertos.
Y la primer virazón
los hizo temblar de miedo.
Salió la luna con frío
y unas estrellas con sueño
mientras hacían las ranas
gorgoritos de silencio.
Entonces todos los charcos
se llenaron de agujeros
pa' que las ranas se fueran
a romper cristales lejos.
Y allá en el bajo se oyó
sordo el rumor del carguero,
y estornudar las lechuzas
al despertarse los teros.
Yo era la guardia avanzada
y en mi confiaron el sueño,
diez hombres llenos de orgullo
servidores del gobierno.
¡Audaces! Marchar con luna
bajo la comba del cielo,
onda de azul infinito
ancha de campo y silencio.
Y haberme tocao' la guardia
por disgracia a mí que quiero
economizar las balas
pa' no fundir al gobierno.
¡ Audaces ! Marchar con luna
y tantos astros despiertos...
y esas lechuzas resfriadas...
y ese bochinche de teros.
Venir marchando con luna
y con un frío tremendo
que ha endurecido los pastos
y me ha torcido los dedos.
Ellos no saben que allí
hay diez milicos con Remington
pero sí saben que allá
están sus hijos hambrientos.
Y es tan pequeño el delito
que enguelven en los cargueros
que a veces hasta lo olvidan
y andan con luna y con sueño.
¡ Qué saben de la tragedia
que sufre el pobre!, los teros
mejor hicieran más nidos
y no ensuciaran los huevos.
Y quién mandó a las lechuzas
chismear que va un carguero
si a pobres naide les gana
y a contrabandistas menos.
La luna clara enemiga
oblicuo chorro echa al suelo
pa' que se aclare un delito
hijo bastardo del tiempo.
Brilla al chairarse en las vainas
de los sables miliqueros,
fría se cuela en los ponchos
gastaos a lluvia y a viento.
Ella que ha entrao a los ranchos
por las heridas del techo
y ha visto a niños temblando
ante el horror del invierno...
Ella que ha visto morir
esos saquitos de huesos
por ir con hambre y con frío
¿pa' qué brilló en el sendero ?
¿Pa' qué brilló? ¡delatora!
Si nunca echó de su seno
calor al rancho con frío
y al triste rincón del preso?.
¡Y viene a salir ahora!
Hoy justamente que quiero
que no se gasten las balas
pa' no fundir al gobierno.
Y yo apostao en la guardia
irresoluto y temiendo
que me divise el baquiano
o se despierte el sargento.
Garabateo un "¡alerta!"
me corro por el sendero
lo hago bandera en el sable
y vuelvo orondo a mi puesto.
Yo cuido lo del estao'
pa' eso me paga el gobierno
vaya a saber . . . ¡ cuantas balas !
le economizo con eso.
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