....Como anuncian las piedras del cauce, el paso del río. Entre los hombres las aguas claras nacen en la fría soledad de las cumbres, Allí han vivido en fidelidad el largo diálogo invernal con la Roca, sabedora de vendavales. De rostro al sol, un día la primavera las puso en movimiento.
Cantando su canto
lavando las piedras,
regando los surcos
camino del mar.
Su cauce es humilde,
su canto es pequeño,
su fuerza se llama
cotidianidad.
Partiendo las rocas
abrieron gargantas,
y abrevaron pueblos
siempre sin parar.
Las mantiene el cerro
cargado de nieves,
que alimenta el cielo
donde Dios está.
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