¡Pobre m'hijo!
Ya no hay que hacerle.
Hoy lo vido el dotor y me dijo
que lo está consumiendo la fiebre.
Me mostró ese tubito de vidrio
-que pa medirla a propósito tiene-
y vide blanquiar la rayita
cuasi un dedo arriba de los treinta y nueve.
Dispués...me miró con tristeza,
guardó en el estuche el tubito
y me dijo que tenga pacencia,
que tal vez mañana...será un angelito...
Pero..¡en fin! Que hay milagros a veces
que en sus libros no vienen escritos
y puede que Dios se apiadara
devolviendo la vida de m'hijo.
Por eso he rodiado de velas
esa imagen que tengo de Cristo
y le dije a mi china que rece
todo lo que sabe, por el gurisito...
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