(Dibujos: Eleodoro Marenco)
Dicen que jué po'una moza
allá por el año 30
que peliaron dos amigos
sin ser hombres de pelea,
cosas que a veces la vida
las trae sin darse cuenta
y se ensaña con la gente
cuando ni menos se piensa.
Uno fue pa'l hospital
y el otro fue pa'una celda
quedando entre dos cristianos
la herida pa siempre abierta.
Juan al tiempo se sanó
pero por sentir vergüenza
dejó aquél pago pa'siempre
y se quedó sin querencia.
Dionisio cuando cumplió
el tiempo de la condena
tampoco quiso volver
y naide supo la huella.
Pasó el tiempo...y los dos hombres
quedaron allí con mentas
como no sea que alguno
los recordaba una vuelta.
Pero a la cara de los dos
la fue borrando la ausencia...
Pa'más tristeza del caso,
el rancho de la moza aquella
como si juera embrujao
al sol le cerró la puerta
y nunca más su ventana
la vido ninguno abierta.
Dicen, dicen que el tiempo le ha puesto
color de luna en las trenzas...
¡Destino de tres personas
que Dios le torció la huella!
A Juan nunca más lo vieron,
como tragao por la tierra
dicen que escribió una carta
que naides pudo leerla
sin que los ojos se enllenen
con lágrimas por la pena
y que la mandó tan luego,
después de su madre muerta...
Y a Dionisio que antes nunca
aceptaba una giñebra,
alguno que lo encontró
no se en qué pago una güelta,
dice que lo vió perdido,
tomao, buscando pendencia...
él que supo tener menta
de ser un hombre bien puesto
de los pies a la cabeza...
Y pa terminar el cuento
de los tres, ya ni uno queda
en el pueblo que soportó
aqueya pelea porque la moza,
María, que era flor de primavera,
y se marchitó solita
ahogada por la vergüenza,
hoy tomó el tren de la tarde
oculta en sus ropas negras
pa dir a entregarse a Dios
frente al altar de una iglesia...
Dicen, dicen que quiere ser monja
pa rezar la vida entera
y Juan, Dionisio y María,
ahura son una leyenda
que se acomoda en las bocas
según de quién la comenta
porque en la vida, a ocasiones,
suele tener estas vueltas
y se tuercen los caminos
cuando ni menos se piensa.
Juan, Dionisio y María;
nombres pa una sola pena
destino de tres personas
que Dios le torció la huella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario