(Pintura: Johnny Palacios Hidalgo)
-"¿Ande van Rosendo, los caballos muertos?",
me dijo una tarde Mili Lisandro
y yo le contesté: -"No lo sé de cierto"
y tuita la noche me quedé pensando...
Íbamos al trote por la huella larga
mesmo como siempre: a buscar las vacas...
Su voz de paloma me iba repitiendo:
-"¿Qué hacen los caballos que se van, Rosendo?"
Muertos que galopan y los lleva el viento
vide mi Rosillo, vide mi Tobiano,
al Colorao sestroso y lo vide al Ruano,
lo miré al bichoco de hace tantos años
y pasaron todos ¡como en un milagro!.
Ahura que la noche va a voltear sus crines
y en la lejanía todo se ha callao
es la mala idea la que me ha maniao
y me tiene enfermo, disgustao y triste.
-"Déme un verde amargo de su mate hermano,
quiero preguntarle: ¿porqué me persiguen
como una tropilla, todos mis caballos...?
Quiero preguntarle si sabe de cierto,
¿dónde están los pingos que se nos han muerto?"
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Si se han muerto pingos, si lo se de cierto,
cientos de tropillas pastan por su puesto
en verdes espacios que Dios ha dispuesto,
en mil alfalfares lo tengo por cierto.
Y escucho galopes y escucho cencerros
y veo madrinas, cerca de los cerros,
y escucho el relincho de todos mis pingos
y escucho el galope... ¡Eso es lo más lindo!
Veo la madrina y silbo a mi Ruano,
que cortando el viento traegaló pialado,
fiel a mi silbido, golpea el badajo
surcando los aires, golpeando a destajo.
Y entonces los veo a uno por uno:
cebrunos, overos, gateados, lobunos;
mil pelos distintos que se me hacen uno
galopeando al viento se me hizo reyuno.
Montao en la nube de un tiempo ha pasao,
he visto a mis pingos en campos dorados
y vide de cierto en mil, un tapao,
te nombro "Bonanca" mi flete tostao.
Por eso Lisando, no se ponga triste,
allá van los pingos a un lugar que existe
y cuando la noche en silencio suave
en dorada pampa ahi tendrá la llave.
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