(Foto de tapera: Luis Pedro Hardoy)
Cabalgando en las rudezas,
llevando un dolor eterno
el mundo se torna averno
y cruz la naturaleza,
la muerte con sus crudezas
llevó a aquél hombre que ansío:
ese fue un golpe sombrío
porque era bueno mi padre
pero al fallecer mi madre
el rancho quedó vacío.
Está el brocal adornao
con glicinas y malvones,
flor del aire, los horcones,
cosas que ella había cuidao...
un cuadro medio bordao
me hablan de un tiempo pío
donde su amor con el mío
se contemplan sonriente...
Todo eso está presente
pero el rancho... está vacío.
La lechera en el corral
pa'la cocina mirando
bala y se inquieta llamando
a su patrona cabal.
Me acerco y el animal
cuando al manearla porfío
se me empaca en desafío
pa no dejarse ordeñar.
Ella prefiere esperar...
aunque el rancho esté vacío.
También el perro ha tristeao
se lo pasa el aire humeando,
por dentro y fuera rastreando
y lloriquea asonsao,
me lame, se echa a mi lao
como aburrido de hastío
su pesar es como el mío
la mesma prenda extrañamos
los dos con verla soñamos...
pero el rancho está vacío!
Noche a noche en la tranquera
me sumo en la idea vana
de verla en esa ventana
como cuando un niño era.
Oigo juir su voz sincera
decirme: "precioso mío",
es allí cuando el rocío
comienza a nublar mis ojos
porque el rancho y mis antojos
pa siempre estarán: vacíos!
Me dió mucha alegría encontrar en este espacio, un poema de mi abuelo Juan Silvestre Almarrante..Muchas gracias por este regalo!
ResponderEliminarUn abrazo