viernes, 21 de marzo de 2014

Galana


(Pintura: Molina Campos)



En el desierto lobuno

ande pastoreo mis penas
abrió una flor de azucena
pa’ sorpresa de mi ayuno
y a ese blanco cual ninguno
que acoyara la pureza
va engarzada la beyeza
de quien -con postura firme-,
parece querer decirme:
“Mire que’sto… aurita empieza…”.

Y yo, qu’he sido ariscón
pal’ trato con las vecinas
y bagual pa’las cocinas
ande’l mate es más dulzón,
vine a cáir de sopetón
como por un pial tumbao,
sin dolor, anque almariao
ante lindura tamaña
y el vaivén de las pestañas
de’se par de ojos tostao.

Y en la miel de’sa mirada
que me’mpalaga el sentido
me veo entablao, decedido
por madrina tan asiada.
¡Adiós! mi vida pasada.
¡Adiós! rancho solitario.
Mi’stinto de libertario
habrá de’ntrar en sosiego
pa’ dir apagando el fuego
del sentir más temerario.

Cepeda el apelativo
de la que yamo Graciana,
esa azucena galana
que aura me tiene cautivo.
Siempre un mate pa’l estribo
me’ntretiene en la partida
y una risita atrevida
me’stá invitando al regreso…
Y al “picazo”… de’sprofeso
lo palmea, mi prometida.
                             (13/03/2014)

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