"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
jueves, 4 de julio de 2013
Mi rancho viejo
Pobre rancho como estás!
se va cayendo tu alero;
tan viejo y güen compañero
de sueños quedaos atrás;
los dos estamos demás
en este mundo mezquino;
ya ves que nuestro destino
es "durar" "trastabillando"
mientras que nos va chirliando
el pampero en su camino.
Cuando la tarde agoniza
con el último fulgor
güelvo a esconder el dolor
que en mi vivir se desliza;
¡La puesta de sol rojiza,
sin bellezas seductoras...
tampoco existen auroras
ni esperanzas de alegría;
solo es fiel tu compañía,
¡Mi ranchito de totoras!
Sos el calor maternal
en mis noches de tristeza;
Vos resistís la fiereza
del más bravo temporal;
vos sos el amigo lial
que no me niega su abrigo;
rancho gaucho sos testigo
de mi existencia marchita
y sabés que aquí dormita
ese pasao, que aún persigo...!
Cuando en el postrer intento
la vida me quite Dios,
quisiera rancho que vos
seas "mi último aposento";
y al guardar el testamento
de una vida sin brillar,
¿Cómo no te he de dejar
ese día mis despojos?
Pa'que te vean mis ojos
al momento de expirar...
*De "Rescoldo de Tradición". 1950.
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