Comenzó la zamba y con el pañuelo
te invité a bailarla y fué como un ruego
cuando te acercaste, casi sin aliento
con mucha vergueza dijiste "bailemos"
y así comenzamos a bailar la zamba
poniendo en el baile el cuerpo y el alma.
La luna traviesa brillaba en tu pelo
yo te presentía paloma en acecho.
En la media vuelta me puse a tu lado
buscando tus ojos, mis ojos jugaron;
giraste y te fuiste, tímida y callada
temblorosamente bailando la zamba.
Una vuelta entera, nos puso de frente
mis labios deseaban tus labios ardientes...
Gallitos del aire fueron los pañuelos
que en blanco y celeste pintaron el cielo,
ya la media zamba marcaba el final
y yo presentía tus ganas de amar.
"¡Se va la segunda!",dijo el musiquero
y yo enamorado seguía tu vuelo,
presentí tus miedos casi con asombro,
mientras me mirabas po' arriba del hombro.
Con la mano izquierda me toque el sombrero,
como pa`decirte "aquí voy de nuevo".
Lo demás fue un juego de amagues y esquives,
un tantear de cerca tu cuerpo de mimbre.
Formando un arresto mi pañuelo blanco,
lo entrelazo al tuyo que andaba volando
y fue con el baile, violín y guitarra
la noche más noche, la zamba más zamba.
Una vuelta entera nos puso de frente,
mis labios deseaban tus labios ardientes...
Gallitos del aire fueron los pañuelos,
que en blanco y celeste pintaron el cielo,
mi pañuelo blanco te trajo hacia mí
y tu enamorada dijiste que "¡sí!".
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