“La flor del pago” te llamaban todos
Porque eras linda, paisanita hermosa,
Porque a diez leguas no nació otra moza
Que despertara tan extraño amor.
Cuando a los bailes tu silueta entraba
El corazón del paisanaje ardía,
Y era seguro que una voz decía:
“¡Guarda, muchachos, ya llegó la flor!”
Pero un día a la florcita
Se le metió en la cabeza,
La ciudad con sus grandezas
Y su fuego artificial.
Y una tarde enloquecida
La arrebató el torbellino,
De ilusiones, el destino
La trajo a la capital.
Y allá quedaron los paisanos tristes
Y mudo el pago y el hogar sombrío,
¿Quién de esas almas llenará el vacío
que la flor se llevó al marchar?
¡Qué mal pagaste, el cariño nuestro!
¡Y el de tus padres que te amaban tanto!
Los pobres viejos ya no tienen llanto
Parecen sombras en el triste hogar.
Todas las noches un gaucho
Que más parece una sombra,
Llega y cantando te nombra
Después llorando se va.
Si no sabés de quién es
Esa doliente visión,
Buscala en tu corazón
Que en tu corazón está.
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