martes, 18 de junio de 2013

Negociando un bayo

 
(Pintura: Molina Campos)
-Póngale precio, señor-
dijo el dueño de un caballo
al mostrar un lindo bayo
airoso como el mejor;
muéntelo, haga el favor,
y verá que no es chacota,
si en él golopea o si trota
podrá llevar, si es baquiano,
un vaso de agua en la mano
y sin volcar ni una gota.

También, como es de rigor,
hágale una atropellada
pa’ que vea en él retratada
la mano del domador;
da güelta como el mejor
porque no es un sancochau
y pa’éste y pa’l otro lau
vuélquelo en cualquier momento…
es un remolino’e viento
en un callejón trillau!...

En lo demás de la doma
pa’ que lo viá ponderar?
es también de levantar
en el anca una “paloma”,
no se encoge ni por broma
si lo toca una pollera,
y pa’ enlazar campo ajuera…
siempre con él me he lucido
porque es de salir prendido
con la yegua más ligera.

Estando parejeriau
hay que correrle con güeno
y cuando le pongo el freno
yo sé que ando bien montau;
es mejor que un colorau
que supe tener primero;
me lo compró un estanciero
al que no pude negarlo;
sin dentrar a valorarlo
me lo tapó con dinero.

-Sin hacer ningún desprecio
después de haberlo probado,
resultando de mi agrado
no le haré cuestión de precio;
yo a lo que es bueno lo aprecio
y ante la razón me callo;
si es tan bueno su caballo,
pida lo que va a pedir…-
-Vea, señor… me viá dir…
No voy a vender mi bayo!...

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