(Fotos: René Burri)
Al ir a cualquier pialada
crioyona y morrocotuda
Raúl nunca tiene duda
pa'yegar de madrugada
a lucir esa mentada
estampa de pialador,
que entrega con gran ardor
y prestancia colosal
pa'ser argentino puntal
de rispetable valor.
No les mezquina ni un royo
a clinudos y terneros
con esos tiros certeros
que no conocen escoyo.
En cuales, si el pie de apoyo
lo cruza pa'echar verija,
paisano tenga de fija
el animal que ha pialau
va quedar como estaquiau
tras grito de "apreten, ¡huija!"
¡Hace zumbar juerte el lazo
cuando salen puerta ajuera,
y de lindaza manera
les vuelca con hábil brazo
ese auténtico y machazo
pial, que en la verde gramiya
es campera maraviya
qu'encriespa al más duro pelo
mientras se arrastra po'el suelo
priendido de la presiya.
En aquél pago querido
que tuitos yaman Monte Alto,
anida sin sobresalto
el bagaje conseguido
y audazmente sostenido
con güena cencia paisana,
que enfrena ansí, de mañana
al compás del gaucho son
pa'honrar a la tradición
¡velay!, con conduta sana.
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