miércoles, 13 de marzo de 2013

Los teros (Valseao)



Me habia alejado de los ranchos
pa´recorrer los potreros
y al cruzar los duraznillos
vide volar unos teros,
me fui arrimando despacio
y mis ojos descubrieron
una yunta de pichones
como regalo del cielo.

Ya no viviré tan solo,
dije para mis adentros
y se quedaron quietitos
junto al calor de mi pecho,
recorrí los alambraos
o'servé el torniquetero
y ya de vuelta en el rancho
fuimos los tres compañeros.

Ahi los puse en un cajón,
bien al rescoldo del fuego,
y le formé como un nido
con flecos de un poncho viejo,
pero siguieron los rastros
los padres de los dos teros
y a gritos me los pedían
para que los dejara sueltos.

Como gaucho bien nacido
bajo el toldo de mi cielo,
recordé la libertad
de Jesús el Nazareno;
le dí un beso a cada uno
y los puse a campo abierto
compartiendo la alegría
de aquellos dos 'teru-teru'.

Pregonando libertades
andaré como señuelo,
dejando en cada nidito
como una flor el ejemplo,
meditando que me quede
la gran lección del Maestro:
en esa oportunidad
con los picasitos teros.

Desde entonces cuando cruzo
y recorro los potreros,
siento gran almiración
por todos los 'teru-terus"
y en América del Sur
sigan los seres viviendo
la divina libertad
con un pensamiento nuevo.


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