(Pintura: Malena Berrueta)
Rasga el destino su lienzo
sobre lo alto de las sierras
y anidando entre las piedras
vese a un hombre en el silencio.
Quizás llore un desengaño
en esa profunda calma
grave misterio del alma
que induce a ser ermitaño.
Y cuando la cerrazón
cae en la noche incierta
para su quimera muerta
pide a Dios ¡Resurrección!
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¡Penitente soy, señor,
de los hombres me escondí
huyendo ayer del dolor
hoy a estas peñas subí.
Al pie del cerro nevao
tengo clavada una cruz
ande dice "Juan sin Luz
está en vida sepultao".
Por la hija que un mozo
me la envolvió en su maña
yo ahogué mi dolor en caña,
mi mujer en un sollozo.
La muerte golpeó en mi rancho,
mi china quedó sin vida
y al ver mi dicha perdida
quise ser como el Carancho.
El picotea osamenta
que no tiene sepultura.
Yo picotearé en la altura
la pena que me atormenta.
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