Con la tropilla el resero
pagó su cuenta al camino,
no tiene vueltas la vida
cuando la arrea el destino.
Los caballos se quedaron
en la huella mal vendidos,
por el surco chacarero
se hicieron polvo de olvido.
No tiene vueltas la vida
cuando la arrea el destino...
cuando la arrea el destino.
Y la madrina sillona
con el último regreso
para que haya luces malas
dejó la cal de sus huesos.
De la tropilla entablada
sólo ha quedado el cencerro
como un alma que anda en pena
por la niebla del recuerdo.
De la tropilla entablada
sólo ha quedado el cencerro...
sólo ha quedado el cencerro.
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