(Pinturas: Molina Campos)
Hinchó el lomo, la nube
y ya se vino de la orilla'el cielo,
como a llevarse todo por delante,
disparando'e los vientos,
que la espantan de atrás, a los bufidos,
y sin darles risuello,
van rejuntando de quién sabe donde,
las que train de más lejos;
haciéndolas pecharse unas con otras
entre el ruido'e los truenos,
como ser que las nubes, juesen algo
que le suenan los güesos!
Y la tropilla se nos viene encima,
como baguales que figuran cerros!...
Y de tantos que son, juntan las clines
que alcanzan a tapar todito el cielo!...
Mucho antes de que lleguen,
ya se puede sentir el aire fresco:
con el olor a tierra
y humedá del sudor de tantos cuerpos...
Se dispersan los pájaros; los últimos
son las gaviotas, que al alzar el vuelo,
siempre dan unas güeltas, por arriba,
pegando gritos, como risa'e miedo.
Cuando el agua cái mansa,
parece que nos trái al pensamiento,
un cansancio'e pensar, y lo sentimos
que poco a poco se nos hace lerdo...
Es cualisquier idea, como un hoyo
ande aflueja los tiros, sin rimedio;
y dándole pa atrás y pa adelante,
lo ahonda, con inútil pisoteo!...
Hasta parece que, por gusto suyo,
lo pesáo del camino, va eligiendo
con ganas de encontrar algún motivo
pa perder mucho tiempo!...
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En la cocina grande, abajo'el humo,
gateando va el proseo...
como siguiendo rastros que se cortan
y lo dejan paráo, de cara al viento...
El denguno se afirma:
se aburre, se fatiga el rastreo...
No hay voluntá que pa seguir lo anime
y se deja caer, en el silencio!...
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Ocasiones, parece que andan todos,
con una mesma idea por adentro;
se duerme la palabra en los descansos
hasta que alguno saca del rodeo,
la que todos señalan con los ojos
y no la cortan, por algún recelo!...
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De un silencio más largo que los otros,
salió uno diciendo:
-"El Triste" va a llegar... hecho una sopa!...
-Y lo agarró sin poncho, el aguacero!
-Se habrá largáo a recorrer "el cuatro";
como que la majada está pariendo...
Y ese, no va a dejar que se áhugue uno!...
-Y pa todo es lo mesmo...
-¡Pa todo... 'e los demás!... Lo que no es suyo!...
Pa eso tiene cuidáos y miramiento...
No se habrá'e decir, que dejó a náides
en un apuro, por cuidarse el cuero...
-Ni que alargó la mano pa cobrarse
trabajos que a los otros dan provecho!...
Si me figuro que acetar las "gracias",
le repuna!...
-Yo creo!...
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-Y se nos ha quedáo, llamarle: "El Triste"...
-Eso, jué del prencipio; por lo serio...
Náides lo ha visto arrinconáo, pensando;
ni negarse al proseo;
sólo que no se ríe como todos
y por mala ocurrencia, quedó en eso...
-Pa mí, no tiene güelta que anda triste!...
Y está bien amarráo al sufrimiento!...
No es botón de manea, el de la suerte,
pa poder desprenderlo con los dedos!...
-Y ¿porqué va jugándose la vida
si a mano viene, por salvar un perro?
No siendo pa pagar alguna deuda,
con Dios o la concencia, no compriendo!...
A mí... que me lo expliquen... yo no caigo:...
Cuanti más güeltas doy, más turbio veo!...
-Yo no sé nada fijo de sus cosas,
y a que no son maldá, juego el pescuezo!...
La maldá que se escuende, la descubren;
la plata, la bebida o el carteo!...
"El Triste", se ha probáo de todos modos...
(varios dicen): -Es cierto...
-y aunque denguno sepa los motivos,
se puede comprender lo que hay en eso...
-Por lo visto, le está sobrando rollo...
Vaya largando, viejo:...
-Pa mí, la cosa es clara:
que anda buscando el fin, y no lo encuentra!...
Ocasiones, la vida-
como si juese hembra, -
al que la busca con mayor codicia,
a ese, lo desprecéa!...
y se enamora del varón altivo
que ni repara en ella!...
-Pero, "El Triste" no es un hombre altivo!
Ni hace alarde'e guapeza.
Su palabra, más bien hace caricias;
su mirada no reta.
Como si un alma'e chiquilín se hubiese
escondido en aquella forma recia,
y hubiera risultáo un hombre ansina,
lo que debía ser alguna fiera!...
Y por que es un botija,
con dimasiada juerza;
y por que tiene dimasiáo coraje
sujetáo en un alma que es muy güena:
no sabe, ni pelear como los hombres,
ni matar como fiera!...
Por eso, juega con su propia vida
y con la mesma muerte, también juega!...
-Pero, un hombre si no es por un motivo,
no se expone al peligro güelta a güelta;
ni va buscando la ocasión con ganas,
de que la muerte venga!...
Naides le ha visto la intención, clarita,
de entregar la cabeza;
pero bien se le vé que no es coraje,
ni mesmo indiferencia,
lo que se muestra en su mirar tranquilo,
con el brillar de una alegría quieta;
ni es coraje, no más, lo que se pinta
en la sonrisa que se estira a penas,
las ocasiones que los güenos machos
algo arrugan las cejas!...
Eso es de alguna cosa que se guarda
pa que náides la vea;
y un rencor que se tiene, con la vida
que por dentro nos quema!...
-Si juese ansina, cualisquiera sabe
reventar la manea
y disparar pal otro láo del campo,
dejando l'alma suelta;
escondiendo los güesos en un hoyo
pa que los tapen los demás, con tierra!...
-No es ansina, muchachos... No es ansina...
es menester que apriendan,
que el coraje'e vivir es un orgullo
cuando cortan, las penas!
Solo maulas, relinchan disparando
cuando los largan con la marca puesta...
El hombre'e calidá, nunca se achica
por que alguna disgracia, le haga presa;
y aunque sienta disprecio por la vida,
no la dá: se la juega!...
Y es la vergüenza'e macho, lo que obliga
a no dejarla dir, sin defenderla,
por que su vida es, cosa bien suya,
y como todo el hombre va con ella,
hay que hacerla valer, pa que a uno mesmo,
lo puedan valorar, cuando la pierda!...
-Puede tener razón en lo que dice,
pero, denguna cosa que se sepa,
se tiene como causa que lo explique;
y la verdá es que náides dá con ella!...
Un hombre que está lleno'e simpatía;
que al dar la mano, al corazón se dentra;
que está cerca de todos y es cariño
y al dirse siempre un rato se nos queda:
¿cómo puede tener algo escondido,
que en el alma lo muerda,
pa que siendo algún odio, no dé chispas;
pa que siendo disprecio, ni una mueca;
pa que siendo una pena sin alivio,
denguna sombra, su mirada tenga!...
... Y ese hombre, es aquél que en las guerrillas
no se puede quedar de "cuerpo a tierra";
y en los asaltos, sin apuro corre
como el que está seguro de que llega-
y pareciendo ser, que va dispacio,
es el primero él, que se entrevera!...
El mesmo que anda sólo, sin amigos, -
aunque a náides, se niega-
ni tiene un ademán descomedido
del que arisco recela!...
...Se le allegan corriendo, los botijas
ande quiera que dentra,
y aquella mano bruta que los toca
en lugar de espantarlos, los acerca;
y aquella boca que no dice nada,
les debe parecer que hasta los besa!
Lo miran como a un árbol lleno'e fruta
y pa subir, se agarran de las piernas!...
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¿Qué cosa puede ser, que güelva a un hombre
tan extraño, que naides lo comprienda?...
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-Sí, lo comprienden los que ven más hondo;
ande los ojos solos, nunca llegan!...
ande no llega el pensamiento mesmo,
si algún instinto no afiló la idea!
La vida no es estorbo para naides,
si el corazón no se ha llenáo de pena!...
y ese, tanto la tira sobre un potro,
como quien tira un rial en la carpeta-
y la recoge siempre con ganancia
por que se dá su carta güelta a güelta-
como la expone al fuego en las guerrillas
pa ver si alguna bala se la lleva;
o la cuelga en la punta de su lanza
pa cambearla por otra que sea güena!...
Pero siempre con honra, con orgullo
de que no se la lleven "como quiera"...
Sin el alarde dle que dá una cosa
por que no la aprecea;
ni la zoncera del tirar la plata
pa que la miren todos cuando suena...
Es el hombre sencillo,
que quisiera pasar sin alvertencia,
por que su orgullo y su altivez son de alma
y esa clase de juerza:
ablanda el ademán y los modales;
en simpatía se muestra;
mientras la voluntá como un acero,
endurecido en ella,
se vé brillar como una daga, firme
en una mano, que el coraje apreta!...
No hay nada que haga a un hombre tan extraño
que náides lo comprienda.
Lo que vemos, a veces, es alguno
dimasiáo... pa mirarlo de tan cerca.
Confunde a la razón embrutecida
que buscando motivos se hace ciega,
y nunca vé la esencia de los hombres:
l'alma que todo su valer encierra;
la condición que a cada ser distingue,
como al árbol la fibra'e su madera!
Cuando se ve que el ñandubay resiste
el mesmo golpe que a los talas quiebra;
cuando se ve que el tala se sonríe
mientras los sauces su ramaje dueblan;
no se averigua si la planta es sana,
si está débil o enferma;
ni si la tierra puede ser la causa
que unas más juertes que las otas sean.
Cada cual ha'e ser lo que ha nacido
aunque clave las ráices en las piedras;
aunque el viento castigue
aunque el gusano muerda!...
Árboles hay que ni el Invierno mesmo
las hojas les voltea!...
Es en la ráiz y el corazón, que tienen
el secreto'e su juerza!...
Abril 21 de 1931.
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