Dame la savia de tu tiempo verde,
toma el silencio terminal del día,
quiero ajustar mis manos a tu sombra
y envolverme en tu azul melancolía.
Dame el tiempo dorado de tus ojos,
toma la rosa que en mi sangre habita,
dame esta noche tu insomnio penitente,
toma mi sombra, mi canción de espiga.
Dame tu nombre para hacer un templo
en la cuspide gris de mis colinas
quiero tu voz de rio y de salitre
para el retumbo musical del clima.
Dime que puedo deshojar mi canto
sobre el puente sonoro de tu risa
te ofrezco en cambio los pájaros de octubre,
la callada ilusión de esta alegria.
Quizás mañana el viento de mis manos
lleve a tus manos la ofrenda prometida,
tal vez la guardes, como yo tu sombra,
tal vez la quieras por humilde y tibia.
Música de Gustavo Patiño... :)
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