(Pintura: Molina Campos)
A decir que me va bien
me enseñaron de gurí,
y pa ser bien educao
yo siempre lo repetí.
Soñé que me había muerto
y enderecé para el cielo
y cuando llegué a la puerta
prencipió mi desconsuelo.
No me atrevía a llamar
porque de allí estaba viendo
que todo el tiempo en la tierra
lo había pasao mintiendo.
Un redepente la puerta
se abrió sin haber llamao
¡y me lo vide a San Pedro
en una nube montao!
Curiosiando mi persona
me ordenó que le dijera
todo lo que yo había hecho
quien era y de adónde era.
Yo soy un hombre tranquilo
que a ninguno le he hecho mal.
Soy casao... tengo dos hijos...
soy pión... y ¡soy oriental!
Qué más...! -me dijo San Pedro-,
Y yo, al verlo maliciao,
enderecé a lo más grueso
y le largué el embuchao.
Vea Don Santo -le dije-
Yo mentí toda mi vida
-mentir es pecao mortal-
Siempre dije: "me va bien",
¡y a mí siempre me jué mal!
Él abrió un libro grandote
-y dijpués que lo leyó-
ta güeno, dijo riyendo...
y al punto me sentenció:
Aquí está escrito bien claro
que si sos pión, no has mentido.
Habrás dicho: "me va bien"
¡pero nadie te ha creído!
¡Oigalé a ese Don San Pedro!
-le grité al darle la mano-
¡Y el grito me dispertó...
en el catre... ¡vivo y sano...!
Y al verme en mi rancho pobre
me vino este pensamiento:
De vivo... ¡Siempre estoy triste...!
¡De muerto estaba contento!
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