Apenas si habría emplumao,
y en los años de la infancia
me llevaron pa la estancia
como a un petizo prestao.
Sin estar bien palenquiao
cabrestiaba al madrugón,
y entre dormido y sobón
saltaba del catre abajo,
pues fue mi primer trabajo
cebarle mate al patrón.
Si él tuzaba -por placer-
yo le traiba las tijeras,
y pa abrirle las tranqueras
me llevaba a recorrer.
Hombre gaucho al proceder
pero servero pa un fallo,
y en mi recuerdo lo hallo
cuando andaba en un lobuno,
sin permitir que ninguno
fuera a ensillarle el caballo.
Haciéndole mucho caso
cuando me entraba a explicar,
con él aprendí a ensillar
y aprendí a volcar el lazo.
A curar el mal del vaso,
a sobar un maniador,
y hoy por él, sin un error,
si pongo el apuro en juego
le bajo el poncho a un borrego
sin que me iguale el mejor.
Después, primero a los tumbos,
como cualquier principiante,
me hice sereno y constante
tropiando a los cuatro rumbos.
El trueno en fuertes retumbos
-como pa dirme probando-
me fue en la güeya templando
y aura a mi oficio me rindo,
¡porque no hay nada más lindo
que el de salir reseriando!
Gracias Por tanta cultura !!, Estamos tan inmersos en la tecnología, que el facilismo nos gana, todo YA. Empece a leer Don Segundo Sombra, y una cosa trajo la otra ... y llegue a este Blog..y veo ( paradojicamente , gracias a la tecnología )..La inmensa cantidad de vocablos que desconozco y me generan asombro y gozo. GRACIAS por mantener viva una cultura que hoy casi la ignoramos.
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