viernes, 16 de noviembre de 2012

Consejos criollos



 (Pintura: Eleodoro Marenco)
 
Como a baguales clinudos
ariscasos y matreros
con unos tiros certeros
pialé estos consejos rudos.
Aunque son bastante crudos,
con paciencia, al tironiarlos,
trataré de acomodarlos
pa que en alguna ocasión
le sirvan de orientación
si es que consigo enriendarlos.

Obedezca a sus mayores
-ellos siempre ven más lejos-
y orientao por sus consejos
podrá vivir sin errores.
A los fieros sinsabores
procure darles el frente,
que si acude al aguardiente
pa combatir la tristeza
irá con más ligereza
rodando por la pendiente.

Si anda haciéndose el valiente
queriendo mostrar su hombría
ha de perder simpatía
al bandiarse de imprudente.
Nunca jamás se impaciente,
sea como agua de aljibe,
y aunque el deseo lo cautive
lleve este dato anotao:
que por malo, el "reservao",
es quien más chirlos recibe.

Aunque a los soldados rasos
la historia no los aclame
cuando la Patria lo llame
abra camino a lanzasos.
Pero mida bien sus pasos
al repechar la barranca,
negándose en forma franca
a cabrestiarle al que es pillo,
y no tenga más caudillo
que la enseña azul y blanca.

Tal vez nunca encuentre el fallo
pa penar este delito:
pero ande "vuele bajito"
le han de ladiar el caballo.
Así como escarba el gallo
usté escarbando intenciones
mantanga a los adulones
a distancia de diez varas,
porque uno siempre vé caras
pero no vé corazones.

En reunión que se entrevere
pa no arrepentirse tarde
del saber nunca haga alarde
ni tampoco se pondere.
El que en su "yo" se atrinchere
es espuela sin rodaja,
y hasta va dando ventaja
porque siempre, a toda hora,
el que solo se valora
también solo se rebaja.

Nunca pregunte el "color"
del hombre que pida un bien,
pués nadie sabe de quien
va a precisar un favor.
Ni hay que dejar que el rencor
nos amargue la sonrisa,
que uno mismo a veces pisa
las yerbas medicinales
y cuando atacan los males
hasta un yuyo se precisa.

Pa conservar la amistá
no busque más argumentos
que los buenos sentimientos
emponchaos con la verdá.
Donde no halla claridá
sujete la atropellada,
y en la amistá de pasada
no sea confiao, ni retoce,
pues no cualquiera conoce
si una taba está cargada.

Como no se ve la ciencia
del experto rastreador,
nunca cometa el error
de juzgar por la apariencia.
************= falta un verso
muy chúcara y cimarrona
nunca juzgue a una persona
por el aspecto del traje,
que hasta el potro más salvaje
tiene la carne dulzona.

No hay que ser duro ni blando
ni pasarse de hablador,
que a veces al "sobrador"
áhi nomás lo están sobrando.
La vida hay que irla tantiando
con el alma bien templada,
y con fe en la repechada
porque hasta el más alvertido
se desinfla en un chiflido
ó se áhuga en una pitada.

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