martes, 9 de octubre de 2012

El viejo Nicanor



Todo el pilchaje completo
puso en venta Nicanor,
ya que: “De mal en pior
-dijo- anda mi esqueleto;
estoy pa’ quedarme quieto
viejo y maceta, paisano,
junto al lobuno eché mano
a la rastra, al tirador,
a una daga flor y flor
y a un viejo poncho araucano.

Pa’ armar el viejo recao
los pesos que me costó,
y el tiempo que me llevó
por pensar en el pasao.
Aquí lo tenía embolsao
durmiendo sus tradiciones,
lo lucí en mil ocasiones
entre la gente del sú,
pero a veces la salú
se salva con patacones.

El hijo de un tal Morales
no sé como se enteró,
en plata me lo tapó
y empecé a contar los reales.
Culpa, dije, de mis males,
fierón cuando ansí se anda,
pasa el tiempo y más se agranda
y si usté hace reflexión,
amigo, en esta cuestión
el que tiene plata, manda.

Me pagó todo el paisano,
al lobuno lo dejó,
lo demás se lo llevó
diciendo: -"Estamos a mano,
yo tengo un moro y un ruano
de muy buenas condiciones,
pero en estas situaciones
no debe quedarse a pie
un paisano como usté
que cultivó tradiciones".

Aun en mi pecho lo acuno
al que todo me compró,
quizás lagrimear me vio
cuando le entregué el lobuno.
Es el gran amor que a uno
a veces la ley le aplica,
si me viera, en la botica
dejé hasta el último real
por componerme del mal
que hasta hoy me mortifica".

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