Tiene un canto en las virutas que le saca a la madera
el gusano de acero del taladro.
Tenazas callosas
las manos de los Flores
tiranteando las cuerdas del potrero
hasta darle el sonido de una larga guitarra
con trastes de varillas, medias trabas
y recios rodrigones...
Un destino de músico y peón.
II
Encerrando distancias por la Merced de Amaya
desde la Sierra de las Minas
hasta dar con los guadales de La Médula
desenrrolas tu vida, alambrador,
y la entierras como un poste de retamo.
Y en las manos
cuando quieres posarlas sobre tu hijo
se te vuelven corteza las caricias.
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