(Pintura: María Laura Martinez)
Ha pegao una hocicada,
y aunque vencido, contemplo,
su antigua imagen de templo,
totalmente destrozada...;
dispués..., vendrá la rodada
qu'el destino ha sentienciao...,
ya cáido y desparramao...
no quedará en el lugar...,
ni un horcón pa'señalar
que aquél... jué un punto habitao.
Jué altar de luz matinal...
el templo siyón del rancho;
con su espacio abierto y ancho...
que hoy lo escuende un fachinal,
a un lao del camino rial
su simple simbología...
parió penas y alegrías
en ésta cuenca del Plata...,
y su presente delata
lo enfermo di'una porfía...!
Sus paredes de chorizos
jueron macizas y juertes...,
per'hoy cien muecas de muertes
lo cubren tuito de'chizo...;
hecho añicos contra el piso
su antigua forma lobuna...;
jugando al horror, la luna,
tinta terrones sin briyos...
qui'una tropa de noviyos
rompió en canchadas vacunas...!+
Ya no luce alrededor
barrido el patio, que ayer...
por cuidao di una mujer
tuvo jardines en flor,
no contrastan su color
con aquel cerco de tunas
las lindonas y oportunas
campanas del floripón...;
ni besa en rojo el malvón...
ni flota'romas denguna...!
Juera la escuela, una esquina
la botica o la herrería...,
ranchos pa'comisaría
o tienda de ropa fina...;
la matera u la cocina...;
'lantiguo puesto d'estancia;
el capricho y su arrogancia
tan encarnizao se plasma...
qu'es hoy un punto fantasma
produto de la inorancia.
La imagen... dolor me da
y contemplando aquél nido
veo un destino vencido
sin tiempo de identidá...,
el futuro que vendrá
será... pa'triunfar hermano
si agarrados de la mano
encaramos el destino...:
"Que soñó un pueblo Argentino
por tuito lo Americano...!"
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