lunes, 10 de septiembre de 2012

En el tranguay


1.
De la costa del Salado
truje yo una novillada,
y pa'la ciudad mentada
abajé por mi pecado.
Sin haber siquiera echado
dentro'el buche un cimarrón,
enderecé a un carretón
d'esos que llaman tranguay
y no bien trepé, ¡Velay!,
rodé dando un trompezón.

2.
Dispués que me hube parado
dió el carretón la arrancada,
y le atraqué una pechada
a un mozo qu'estaba al lado.
Hice pie despatarrado
cuando el que iba manejando,
paró de golpe apretando,
el mango de un mojinete,
y me juí como chijete
largo a largo manotiando.

3.
"Dispense", dije, y seguí
aguantando el traqueteo
pero hice un escobilleo
y de nuevo me cayí.
Como dir rodando ayí
no era güeno a mi entender,
juí a sentarme y sin querer
le di a un viejo un pisotón,
y me senté pesadón
encima de una mujer.

4.
El viejo pegó un chillido
como puerta amojozada,
la mujer dijo enojada
de que yo estaba bebido.
Me sujeté confundido
de un cajetilla ajustao
que iba mirando embobao,
y ansina m'enderecé
pero otra vez me ladié
y ansí anduve de lao a lao.

5.
Logré sentarme ¡Por fin!,
junto mesmo a una deidá
y pa'trabar amistá
le dije: "Mi serafín...
"que dicha pa'un gaucho ruin
"estar a su lao rendido..."
Pero halló mal el cumplido
tildándome fieramente,
pues, delante de la gente,
me dijo: "Gaucho atrevido..."

6.
"¡Hembra linda!- retruqué-,
"tan mala, cómo me reta...
"Si quiere pondré mi jeta
"pa'que la pise su pie..."
Con ésto medio logró
seguir haciendo mi juego,
pues, viendo una hembra me pego
como abrojo entre la lana,
y cabrestiando con ganas
me vuelvo manso y m'entriego.

7.
Contento me le arrimaba
al lao de lo calientito,
y en cada balencecito
de intento me refregaba,
viendo que ya no mosquiaba
más cerquita me le pongo
cuando oigo como un rezongo...
Era un gringo sofocao
ancho, gordo apelotao
y la panza com'un porongo.

8.
Luego vide al lao del lazo
un inglés engarrotado,
pelo rubio azafranado
larguirucho y muy fierazo.
Seguí pegando un vistazo
a otro banco medianero,
vide una moza, primero,
lujosamente aperada,
con l'anca muy empinada
y gorra como plumero.

9.
Bostezando y aburrida
la gente iba amontonada,
pujando tuita apretada
como a la gata parida;
cada parada o rompida
que daban los mancarrones,
dentraban los refregones
de que yo me aprovechaba,
mientras los otros ligaban
pechadas y pisotones.

10.
Cuasi medio carretón
poco menos ocupaba,
una gorda que trataba
de consolar a un mamón;
agrupaos en un rincón
cabeciaban dos mamados
y adelante entreverados,
ande va la campanilla,
se acomodó una tropilla
de gringos amadrinados.

11.
Al rato el gringo panzaón
soltó el puerco por el fondo,
un resuello tan gediondo
que juyí del carretón.
Voy y pego un trompezón
sin tener de qué agarrarme
y al querer enderezarme
contra el inglés me ladié,
y juerte le pisotié
los juanetes sin fijarme.

12.
Puso una cara el inglés
que no he visto otra más fiera,
pero, ¡ni ay!, dijo siquiera,
quedando tieso otra vez.
Quise empinarme después
pa'tocar la campanilla,
se me duebla una canilla
y a la guasca no alcancé
y manotiando áhi rodé
encima del cajetilla.

13.
Le dije que dispensase
que no estaba acostumbrado
a ser pruebista embarcado
en carretón de esa clase.
Ni esperé que contestase
pues, cumplidos pa'pior era,
cuando al dir saliendo ajuera
sofrenan el carretón,
bailo un gato y de un guantón
hago plasta una galera.

14.
"No es nada", dije turbado,
disparando de la gente,
pero quedo de repente
de una pollera enredado,
y, tantiando yo apurado
-procurando no ofender-
la manera de poder
lo más pronto desmaniarme,
manoseo sin yo fijarme
las piernas de una mujer.

15.
Salgo ajuera armo un cigarro,
pisa un charco el más sotreta
y me salpica la jeta
con un chijete de barro,+
la punta del poncho agarro
y jurioso lo limpié
¡Pare!- dije- y me abajé
de arrib'abajo manchao
y cansao y medio golpiao
a la Tablada llegué.



(Décimas copiadas de un cuaderno del señor Arnaldo Bordeu, del libro "Oro Nativo" de Mario A. Lopez Osornio).

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