(Foto: Eduardo Amorim)
A orillas del Puente Viejo
en San Antonio de Areco,
que digo, del Puente Viejo.
Que lindo estirarse un rato
para escuchar el silencio,
que digo, del Puente Viejo.
Silencios que guardan sombras
del grito de los reseros,
que digo, de los reseros.
Que marcaran aquel río
con lo brillo del lucero
que digo, de los reseros.
Y visto desde los años
este triunfo es un reflejo
del alma del Puente Viejo.
La sombra de Don Segundo
iluminando recuerdos,
que digo, lindos recuerdos.
Que vienen arriando sueños
desde los Pagos de Areco
que digo, del lao de Areco.
Y con recuerdos brindamos
al llegar a La Blanqueada
que digo, allá en La Blanqueada.
Buscando los años mozos
en una caña quemada
que digo, allá en La Blanqueada.
Y en un árbol medio viejo
palenque de aquel paraje,
vuelco, yo, mi homenaje.
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