(Pintura: Luis Nuñez)
Alambrao de cinco hilos
con muchos años de'hecho,
y en un poste- a corto trecho-
estabas al sol, tranquilo.
Tu pecho era un rejucilo
en lo oscuro de tu manto;
quizá te'spantaste un tanto
porque yo pasé al galope,
y al volar, pusiste al tope
los gorjeos de tu canto.
Tu pecho es sol de un ocaso
que va engolviendo la noche,
y tus alas, el derroche
de un luto de antiguo trazo.
Pienso que'l dolor -acaso-
te emplumó oscuro tapao,
y en el pecho ensangrentao
se representa esa herida
que hoy es tu mancha lucida:
"¡crioyo Pecho Colorao!"
Bueno Luis, qué decirte: ¡Muchas Gracias! Has dignificado con estas bellas ilustraciones mis modestas rimas.
ResponderEliminarÉstas del pecho colorado las hice de a caballo, en la cabeza. Cuando volví "a las casa" las volqué al papel.
Te tiro un convite: esto quedó tan bien que ahora tendrías que hacer algo parecido con mis versos sobre las plantas.
Va un abrazo como pa' elefante.
Carlos