sábado, 30 de junio de 2012

Un silencio



Vistió siempre de negro:
El porqué, no se supo.
Era cuasi una sombra, en forma humana;
Y un silencio que andaba por el mundo.

En su mesma presencia, parecía
Que uno estaba forzáo a imaginarlo.
En la rueda'el fogón su bulto negro,
Era más un lugar que el propio gaucho.

Hasta el mirar sereno, confundía
Como esa claridá del firmamento
Que nos deja pasmáos, cuando alvertimos
Que lo más, no lo vemos!...

Algún destrozo, en l'alma, lo escondía:
Y mostrando'e su vida la otra punta,
Náides vido el pedazo que faltaba;
Ni el lugar ande jué la quebradura!

Por vivir o morir, no tuvo prisa;
Los peligros pasó, como sin verlos;
Parecía un baquiano de la vida,
Capaz de seguir, ciego!...

Las hazañas que hizo, no lo pintan:
Se achican por él mesmo.
Es más grande la noche que no el día;
Y la noche, se agranda en el silencio...

Viviendo a nuestro laó dándose a todos,
Se nos diba'e la idea, en la distancia...
Al dirse de verdá, quedó más fijo:
Nos dejó su silencio, en dos palabras!...
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Una bala llegó con una orden;
Al paisano le oyeron: "muchas gracias"
Se sentó pa morir; miró pá arriba:
Supo Dios lo que dijo su mirada...

Un retrato de moza, le encontraron,
Aujereáo por la bala...

Septiembre 27 de 1936

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