domingo, 3 de junio de 2012

Se llamaba Sixto Flores


Tenía un lujo: el caballo
que era de pelo alazán...
y un recadito de soga,
¡demasiado para un mensual...!

Se llamaba Sixto Flores
y nació pa' trabajar...
morocho, bigote caído,
medio chueco al caminar,
de pocas conversaciones,
bastante altivo al mirar
pero, sereno y sencillo
y güeno, como el que más.

Cayó a la estancia una tarde
hace de esto tiempo ya,
vino buscando trabajo
y ande enfrentó al capataz
le dijo que'l no tenía
pretensiones pa'dentrar...
sino que necesitaba
poderse ganar el pan.
Como era tiempo'e destete
y hacía falta un mensual
pa'probarlo si servía,
lo hicieron quedar nomás.

Parejo... pa lo que salga
naides lo vido aflojar...
apartando, echando al medio,
si le tocaba amansar
o juerzudo en la pileta
si se bañaba el lanar...
habilidoso en la manga...
o, pa'capar... o cuerear
y cumplidor por demás.

Así jue que por su forma
muy correcto pa'tratar
y porque nunca lo vieron
en el trabajo aflojar
un día el patrón le dijo
si se sentía capaz
de hacerse cargo del puesto
carca del camino real:
y le aceptó, porque el mozo
no era de echarse pa'atrás.

Y allí fue, llevó su perro,
las pilchas; y en su alazán
con su recadito'e soga
aquél puesto fue a ocupar.

Diva linda aquella vida
quería la soledad...
y como era hombre'e trabajo
cumplía como el que más.

Una noche... en que dormía
sintió a su perro ladrar
y dejó el sueño pa'luego
pa'ver que pasaba allá...
Y al caminar en las sombras
un tiro lo hizo parar
sin que pudiera siquiera
por su cintura tantear
su cuchillo mango'e ciervo
que usaba para cuerear...

Y cayó en un charco'e sangre
sin naides para contar
tal vez por ese destino
de vivir solo... nomás.
Y la noche que's amiga
por culpa'e la oscuridad
de esconder a los cuatreros
que solo saben robar,
fue testigo de esa muerte
cerca del camino real...

Y así se jué de la vida
aquél hombre tan cabal...
Se llamaba Sixto Flores
nacipo pa'trabajar
y que tuvo un solo lujo:
aquél caballo alazán.

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