(Pintura: "El Señor de las Pampas" por Francisco Madero Marenco)
Una noche desmentida
por los faroles del alba.
Montados en su coraje
-sed y sudor en las caras-
con un flamear de divisas
y un añorar de guitarras,
Don Juan Manuel y los suyos
rumbo del Fuerte marchaban.
Milicias del sur que llevan
en ristre su sangre brava
y el corazón desflecado
por aires de amor y pampa;
a combatir se venían
en calles arrinconadas,
llenos de campo los ojos
y las espuelas de patria.
A fuego abierto lucharon,
bajo un bautismo de balas,
el peligro desbocado
con la tesonera audacia:
jugaba el sol resbalando
sobre la sangre volcada.
¡Ah, qué bandera la gaucha
bravura que enarbolaban!
Todos los porteños vieron
cómo, a la luz meridiana,
las tropas del sur quedaron
en posesión de la Plaza.
Brillo de lanza en los ojos,
sed y sudor en las caras
y un corazón desflecado
por aires de gloria y pampa.
A don Juan Manuel de Rosas
siguen las tropas honradas,
ansiosas de campos propios
y rebosantes de patria.
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Revista "Caras y Caretas" Nº1971- Año xxxix
11 de Julio de 1936
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