lunes, 23 de abril de 2012

De palo a pique


Rodeao de un cardal espeso
con la altivez de un cacique
un corral de palo a pique
está enfrentando el progreso.
La luna siempre algún beso
le deja, muy cordialmente,
y él con guapeza creciente,
va desafiando al destino
como un soldao argentino
que está gritando "presente".

Aunque hoy está solitario
su gloria salta a la vista,
porque el gauchaje fue artista
en tan campero escenario.
Sobre el chiripá ordinario
vió las rastras de botones,
y en cantidad de ocasiones
vió entre gauchos superiores
patrones muy pialadores
de igual a igual con los peones.

Para él no fueron ajenos
el torido de los perros,
los relinchos, los cencerros,
ni la coscoja en los frenos.
Supo de pingos muy buenos
y lazos que se cortaron;
de toros que lo pecharon
como adversarios temidos,
ya que en sus palos torcidos
muchas guampas se chairaron.

Por más que allí el domador
de su arte dejara un sello
parece que a todo aquello
se le ha quietado el valor.
Y aunque tenga a su favor
todo un pasado florido,
allí entre un cardal, perdido
como una reliquia pampa,
se va cubriendo su estampa
con nubarrones de olvido.

(Pintura: Armando Repetto)

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