(Pintura: Bernabé De María)
Ya volcando los setenta
estaba el viejo Zenón
con don Ambrosio el patrón
que rumbea pa los ochenta.
Mateando echaron la cuenta
del tiempo que jineteando
de los años reseriando,
tiempos que jueron pa risa
y que por ahí se desliza
y a uno lo deja pagando.
"Qué cosa linda, aparcero"
decía riyendo Zenón
"que esté mateando el patrón
con este humilde puestero".
Caían al entrevero
historias que barajaban
cosas que por ahí quedaban
redormida en las molleras
y hasta de algunas polleras
travesuras afloraban.
Algún recuerdo quedaba
aplastao por el porrón
y se quedó un cimarrón
recostao contra la pava
mientras el fogón bramaba
por tanta leña encendida.
Entre frases compungidas
entraron a lamentarse
que era una pena fijarse
que se les iba la vida.
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