viernes, 16 de septiembre de 2011

Silverio y Ramón

(Pintura: Molina Campos)

El sol ya quería dentrarse
cuando Silverio y Ramón,
después de un tiempo largón
recién volvían a encontrarse
y después de saludarse
de un modo bastante fiero,
Silverio con el talero
le dio al Ramón en la pata
y el Ramón con la alpargata
le hizo volar el sombrero.

Un rato largo cancharon
igual que si fuera en serio.
Después Ramón y Silverio
un abrazo se pegaron.
Pa'entre el boliche agarraron
los dos charlando a la par.
Había que festejar,
no quedaba otro remedio
y con dos cañas por medio
dentraron a recordar:

-"Te acordás cuando a Severo
se le disparó la chata
y por poco no lo mata
cuando agarró el esquinero.
-"Te acordás del hormiguero
que se me abrió en la bajada,
el matungo en la rodada
de cabeza me largó
y lo que más me salvó
que jué entre la tierra arada...

-"Te acordás cómo lloraba
el gringo del membrillar,
cuando tuvo que entregar
el campito que arrendaba.
-"Te acordás la vieja Sava
esa vez que pa'la trilla
me salió con una horquilla
gritando entre los repollos,
porque le pisé los pollos
al pasar con la tropilla.

-"Te acordás de Anselmo Vila,
cuando en una tarde ingrata
se perdió toda la plata
que había ganao en la esquila.
Era la banca una pila
en el boliche'e Correa,
cuando ya se la vió fea
copó toda la parada,
la hizo picar pa'clavada
y lo tapó la batea.

-"Te acordás de aquél invierno
que juimos a arar por tanto
con el paisano Amaranto
en el campo de El Infierno,
y te acordás cuando el perno
se cortó del balanzón;
al caer entre el montón
cuando se clavó la reja,
me echó vientito en la oreja
la pata de un mancarrón.

-"Te acordás cuando volqué
el carro con la mudanza,
cuando a Cirilo Carranza
pa'otro campo lo cambié.
-"Te acordás cuando a Mariano,
que yendo en la jardinera,
se le cortó la lomera
en el medio del pantano.

-"Te acordás la romería
en que estuve por peliar,
cuando la saqué a bailar
a la que hoy es mujer mía.
-"Y del bailongo que había
allá en la esquina de Pando.
Te acordás, cuando a Rolando,
no se quién jué el desgraciao
que jué a "ensuciarle" el recao
cuando él estaba bailando.

Y así mezclando una hazaña
con la risa de algún caso
se empina Ramón el vaso
y Silverio lo acompaña.
Resucita con la caña
una época ya muerta,
porque el recuerdo despierta,
pero al quererse marchar
no se podían acordar
en donde estaba la puerta.

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