(Pintura: Molina Campos)El clarín del venteveo
en el tupido sausal
une al claror matinal
lo magistral del trofeo,
el chingolo en su deseo
de centinela se apresta,
y la calandria en la orquesta
de tan aladas virtudes
nos muestra sus inquietudes
sobre la vieja carreta.
De la cañada vecina
el chajá rezonga austero
el grito del tero, tero,
es estridente bocina,
el chorlo y la becacina
dan relieve a la laguna
donde ha dejado la luna
su silueta retratada
y por el sol ya tapada
con su brillosa fortuna...
De un árbol viejo y sin gala
pica el fuerte carpintero
la ratona en un larguero
del rancho vate su ala,
la paloma arrullo exhala
y del florido cardal
la perdiz se oye triunfal
y allá más lejos despierta
su silvo la martineta
en el breve pajonal.
Por el patrio callejón
pasa un auto velozmente
girón del criollo presente
en compás de evolución,
por el espacio un avión
cruza raudo y precabido,
y allá en la loma el mugido
de una tropa que se aleja
es tradición que refleja
a la patria que no olvido.
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