miércoles, 14 de septiembre de 2011

En el rincón de las fieras

(Pinturas: Luis J. Medrano)
Había cáido al trotecito
quien sabe de ande, montao
en un zaino colorao,
el gaucho don Agapito.
Estaba el cielo limpito
suave el sol se refalaba,
era un domingo, rumbeaba
pa la cancha e Rivaelplato,
talvez pa pasar el rato
viendo como se pateaba.

Ató el caballo y pidió
pa dentrar, el papelito.
Ande vido un lugarsito,
el hombre se acomodó.
Cuando el público gritó,
por un golpe bien marcáo,
él también entusiasmáo,
djo como hablando agatas:
-"Dios te conserve las patas,
por el "gual" que has acertao."

Cuando se armó un entrevero
de todos los jugadores;
mezclándose los colores,
y el grito de los puebleros,
estando entre los primeros,
siguió hablando despacito,
viendo chiflar al mocito,
que es patrón u captaz:
-"Por metido aura nomás
te vas a tragar el pito."

Como si fuera mandao,
un jugador pata brava
le dió un golpe al que chiflaba
y lo dejó desmayao.
El genterío alborotao
dentró a pelear al potrero,
el gaucho sacó el acero,
y a un gordo le dió un planazo
porque éste de un botellazo
le había sacao el sombrero.

Sintió golpearse en la bota,
y se dió güelta ahí nomás,
pudiendo ver que de atrás,
le habian patiáo la pelota.
-"No es pa seguir la chacota",
dijo el pueblero enojao,
le dió un tajo y asustáo,
vió que del globo salía,
como cosa e brujería,
otro globo colorao!...

Tanto el globo se agrandó
al recibir el hachazo,
que hizo como un cañonazo,
después, cuando reventó.
"¡Sonaste viejo!,- gritó-
un muchachito que había,
viendo que la policía,
empuñando una manguera,
al gaucho sacó pa ajuera
con un chorro de agua fría.

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