(Pintura: Carlos Montefusco)
Como he tenido la suerte
de haber nacido varón,
vivo con la pretensión
de ir siempre pisando juerte,
quizá siga hasta la muerte
luciendo bien mi retrato,
y hasta por pasar el rato
dejé frases cristalinas,
siendo suave pa'las chinas
como "lambida de gato".
Si habré atropellado mozas
cuando dentraba en un baile,
encarador como fraile
pa'las chinitas golosas.
Algunas de caprichosas
se me iban apartando,
algunas juí enamorando,
y algunas se me iban yendo,
unas quedaban riyendo
y otras quedaban llorando.
Con una de tan contento
de tanto irle a cantar,
me llegó hasta embozalar
pa'llevarme al casamiento.
Ahí entró mi sufrimiento
y empezó mi perorata,
la pude sacar barata
pues me le pude zafar
"y me le alcancé a escapar
con la manea en una pata".
Una vez a una morena
en menos que canta un gallo,
llegué a atracarle el caballo
en una noche serena.
Ahí se me hizo una cadena,
yo me dije a la que cuadre,
y pa'hablar me citó el padre
pero yo no comprendía
si me hablaba de María,
de Zulema o la que cuadre.
Podría seguirles contando
de las que en ancas me alcé,
pues de tantas que cargué
creerán que estoy bolaceando,
siempre alguna voy marcando
le tiro el lazo a cualquiera,
la que suelto puerta ajuera
es la que está preparada,
y la que queda pialada
es carne pa'la ganchera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario